Señor mío y Dios mío, te doy gracias por todas las bendiciones y manifestaciones de amor que tienes para conmigo. 
Gracias por hacerme consciente de mi vida, (de) que debo repensar lo que hago con ella, (de) que fallo, (de) que vivo acomodado y me invitas a esforzarme por luchar y actuar cada día según los valores del Reino.
Y que ahora, mientras esté durmiendo, instruyas mis pensamientos, aclares mi mente, alivies mi corazón.   Quiero levantarme mañana renovado para enfrentar todas las situaciones que se presenten.
Te suplico que quites cualquier pensamiento negativo de mi mente y me hagas sentir la presencia de tu amor que todo lo sana.
Soy tuyo y confío en tu poder misericordioso. 
Y digo como el salmista nuevamente; en paz me acuesto y a punto me duermo porque solo Tú me haces dormir tranquilo.
¡ALELUYA! ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! Está vivo y vive en la comunidad.
¡En la Voluntad de Dios siempre!