¿Cuál persecución o trasfondo político están alegando en el caso Calamar?

A propósito del apresamiento de un grupo de ex funcionarios de la pasada gestión del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), entre los que figuran Gonzalo Castillo, pasado candidato presidencial, y de la proclama de dirigentes de esa organización diciendo que esto forma parte de una persecución política del gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), y el alegato de otros de que tiene un trasfondo político, surge de inmediato la interrogante de, ¿cuál trasfondo político están hablando?

Y surgen las siguientes interrogantes: ¿Es la Procuradora General de la República, doctora Miriam Germán Brito, miembro del PRM. NO. Ni tampoco la directora de Persecución, Yeni Berenice Reynoso, ni el titular de la Procuraduría Especializada de la Corrupción Administrativa (Pepca), Wilson Camacho.

Entonces, de cuál trasfondo político y persecución política están hablando los opositores.
Alegan la tardanza de la justicia en estos apresamientos, que no debieron esperar tanto tiempo, ante la proximidad de unas elecciones.

Sin embargo, la justicia tiene libertad de actuar en cualquier momento, y para garantizar la instrumentación de un buen expediente y que luego no se caiga por falta de elementos probatorios en un juicio, el Ministerio Público tienes que tomarse su debido tiempo. Llevar a cabo un debido proceso. Y eso es precisamente lo que ha hecho en este caso bochornoso para la sociedad dominicana.

Señores, estamos hablando que, por el denominado caso Calamar, el Ministerio Público acusa a los imputados en un largo expediente de unas 113 páginas de haberse robado del Estado más de 119 mil millones de pesos. 
El Ministerio Público esperó todo este tiempo para actuar para instrumentar bien el caso, hacer una profunda investigación y finalmente cumplir con el debido proceso de ley con el instrumento del expediente, a fin de evitar que luego se caiga por faltas de pruebas durante un juicio de fondo. 

Cabe ahora esperar el desarrollo de los acontecimientos en el cado denominado Calamar, pero a todas luces son desafortunadas las calificaciones de persecución o trasfondo político formulada por sectores del partido morado y de otros opositores del Gobierno, porque eso no se corresponde con la verdad.

Busquen otros argumentos, porque estos no son valederos en la defensa del caso que concierne.

La persecución política se origina cuando una persona es perseguida por la manera de pensar o por determinadas características físicas, religiosas, culturales, políticas, étnicas u otras, lo que no sucede en el caso de ninguno de los acusados.

Si hay persecución, entonces es judicial y está justificada en el fundamento de la corrupción administrada cometida por el grupo de imputados, quienes se robaron más de 19 mil millones del erario público.

Jamás puede ser una persecución política en un país donde por primera vez el Presidente de la República ha dejado que la justicia actúe a su libre albedrío.