Redacción Internacional.- Todo lo que hacen y dejen de hacer las figuras famosas, siempre llamarán la aención. Para bien o para mal. Jennifer López y Ben Affleck son noticia de nuevo.

Primeramente se dijo que se separaron para encender las llamas del amor. Es decir, que no se verán a diario. Ahora sorprenden a todos al reencontrase en una cena romántica donde se dieron varios besos.

Poco después de su luna de miel en París se habían distanciado para cumplir con ciertos compromisos laborales en cada punta del planeta. La del Bronx se había ido a Capri para actuar en un evento benéfico por Ucrania y para hacerse unas fotografías para una marca de ropa de baño. Mientras esto ocurría, Affleck regresó a Los Ángeles para cuidar a sus hijos y trabajar.

Es normal que la situación se tomase como un motivo de alarma pues la pareja no se ha separado desde que anunciaron su compromiso hace un año. Una reconciliación muy esperada pues los dos ya habían estado saliendo juntos –incluso se habían comprometido– hace dos décadas.

Según declaraba una fuente cercana a los Bennifer al citado medio, no quieren desconcentrarse de su trabajo y ni que su profundo amor sea el motivo de perder oportunidades profesionales. A pesar de esta distancia, “se quieren mucho y hablan a diario por mensajes y hacen videollamadas”.

Y cuando tienen un hueco libre, también se encuentran. Ayer martes, fueron vistos en Santa Mónica, California, en un momento muy familiar. Los acompañaron sus hijos, Violet (16) y Samuel (10), fruto de la relación de Affleck con la actriz Jennifer Garner, y los mellizos de la cantante, Emme Maribel y Maximilian David (14), de su matrimonio con el también cantante Marc Anthony.

Los recién casados decidieron almorzar en una terraza del restaurante Huckleberry Café. Allí tomaron el sol y alargaron la sobremesa mientras ella le acariciaba el pelo a él. Tras ello, fueron todos juntos a un Dunkin Donuts a comprar unos dulces y un café antes de separarse para hacer recados. Se mostraron tan cariñosos como siempre, dándose besos ajenos a los paparazzis que captaban el momento, y andando abrazados. 

Quizás fue esa misma tarde que Affleck puso en venta su mansión en Pacific Palisades. Una casa de siete dormitorios y nueve baños de 13.500 metros cuadrados de espacio habitable, que se anunció ayer en el mercado por 30 millones de dólares. Una declaración de intenciones de que los enamorados quieren empezar una vida a lo grande desde cero.