PUNTO Y COMA

La decisión del presidente Luis Abinader de mandar a sus principales funcionarios a los pueblos del país con el propósito de escuchar los reclamos y verificar la realidad de lo que acontece en cada rincón, podría ayudar sustancialmente a resolver los problemas elementales de la población.

Esto así, sobre todo, porque de esa forma el mandatario puede darse cuenta, previo informe, de cómo marchan las obras anunciadas, las iniciadas y concluidas y los reales requerimientos en cada sector, para acudir en su ayuda.

Escuchar de la población los reclamos sobre servicios elementales como la salud, a partir de la realidad de los hospitales, la vivienda, agua potable y de regadío, la educación y los diversos servicios, así como la electricidad, la producción de alimentos y otros, obliga a priorizar la inversión en esos reglones y a servir mejor a la población.

La pandemia dejó a muchos dominicanos en situación difícil, la producción bajó marcadamente y es preciso volver al campo con entrega para poder abastecer a la población de comida ante la crisis que afecta ahora a gran parte del mundo.

Cada funcionario asignado, debe centrarse a fondo en conocer y valorar las necesidades de la zona que le toca, pueblo, provincia o región, para que el mandatario tome las medidas de rigor a tiempo, evitar las sorpresas y mantener algo satisfecha a la población.

El funcionario desde el confort de su escritorio todo lo ve color de rosa, pero cuando suda la gota gorda y dedica horas de trabajo en favor de los ciudadanos, su mirada toma el tono de la realidad.

El campo requiere de grandes recursos para que los hombres y mujeres que labran la tierra puedan contribuir a disminuir el peso del hambre ante la amenaza de una crisis alimentaria, sobre todo, porque contamos con buena tierra, agua y clima favorable, para producir lo que necesitamos para comer. Ojalá que este mandato llene su cometido y los dominicanos podamos estar tranquilos. A César lo de César.