El de Abinader es un gobierno de cambio

Un cambio, a simple vista, es un reemplazo, una permuta, transformación o una sustitución. A veces se siente la necesidad de reemplazar de cambiar una cosa por otra, un gobierno por otro, un presidente por otro.

Algunos sinónimos que se pueden asociar a la palabra cambio son: reemplazo, permuta, cambalache, trueque, mudanza, transformación, variación, modificación, entre otros.

Aunque sea poco a poco, todos los pueblos en el proceso de su desarrollo, van pasando por cambios, ya sean grandes o pequeños, no se mantienen estáticos, se transforman.

La dialéctica; que nos explica la evolución histórica del hombre, nos dice que todos los procesos (sociales, históricos, económicos, políticos, etc.) están sujetos a cambios permanentes.

Nuestro país también ha venido experimentado transformaciones y cambios en muchos aspectos de la vida nacional, pero a mi juicio el cambio más importante y más significativo de los últimos tiempos, lo constituye la elección de Luis Abinader como presidente de la República.

Con su llegada a la presidencia, Luis Abinader no solo ha inaugurado un nuevo estilo de gobernar nuestra nación, sino que nos está enseñando con hechos tangibles que un país se puede gobernar sin corrupción y sin impunidad, que una nación puede ser gobernada sin patrocinar y sin permitir el robo de los recursos del Estado.

La vida se ha encargado de enseñarnos que nada es para siempre, que la corrupción y la impunidad no son para siempre, que algún día debías ser encaradas con decisión y con voluntad política, tal y como lo está haciendo nuestro presidente.

Yo sé que a muchos, sobre todo a los que han sido desplazados del poder, no les gusta en modo alguno que uno mencione la palabra cambio.  Le huyen a ese concepto como el Diablo a la cruz, es como mencionar la palabra laso delante de un ahorcado.

Bajo ninguna circunstancia admitirán que con la llega al poder del presidente Luis Abinader y su partido el Revolucionario Moderno (PRM) en nuestro país se ha inaugurado un nuevo estilo en la forma de gobernar que poco a poco ha ido produciendo sus frutos significativos en muchos renglones de la vida nacional, sobre todo, a nivel de la conducción política del gobierno.

Este cambió nació en la voluntad del presidente Abinader y el PRM desde antes de la campaña electoral y, claro está, antes de llegar al poder, porque siempre tuvieron bien claro que nuestro país ya no soportaba ser conducido en la forma indolente y medalagaria en que estaba siendo conducido, una forma que lo estaba llevando a la quiebra total y al hundimiento más espantoso que hayamos conocido.

Esta forma indolente y medalagaria en la conducción del país tenía su expresión más concreta en permitir y patrocinar desde las mismas entrañas del gobierno la corrupción y la impunidad más criminales de toda nuestra historia republicana.

Es bien sabido que esos señores se prepararon bien para practicar la corrupción y la impunidad para enriquecerse ilícitamente una vez llegaran al poder, y desde que tuvieron los resortes del poder en sus manos así lo hicieron, la mayoría de funcionarios de ese funesto gobierno hoy son millonarios, en pleno disfrute de las enormes fortunas que se robaron.

Pero el país no solo ha sido testigo de esta manera de conducir el país sin corrupción y sin impunidad, sino que ha visto como el presidente Abinader ha encarado magistralmente la crisis social y económica que venia produciéndose en país y que se agudizó aún más con la llegada del COVID-19.

En efecto, los analistas y expertos en asuntos económicos han establecido que antes de estallar la crisis del COVID-19, el país estaba atrasado con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), porque no se estaban asignando los recursos necesarios para cumplirlos.

Es bien sabido que el presidente Danilo Medina y su Partido de la Liberación Dominicana tomaron la llegada de la crisis del COVID-19 para hacer campaña a su candidato Gonzalo Castillo y no hicieron lo que se tenía que hacer para enfrentar un flagelo tan mortal como lo es el COVID.

También tengo que resaltar que en la presente gestión presidencial se está desarrollando un importante programa de infraestructuras con la construcción de cientos de obras, inversión que supera los RD$80,000 millones.

Estas obras han producido un significativo impacto en la dinámica económica del país, tan eficaz que el país cerrará el presente año con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PBI) de alrededor del 12%.

Debo destacar que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), con el ingeniero Deligne  Ascensión a la cabeza, ha jugado un rol muy significativo, preponderante y decisivo en la dinamización de nuestra economía y del crecimiento del PBI.

El ministro de Obras Públicas, Deligne Ascención, informó que la inversión de esa entidad al finalizar este año rondaría los 20 mil millones de pesos, principalmente en infraestructuras viales como las circunvalaciones de Azua, Baní y Los Alcarrizos, entre otros proyectos.

Indicó que la entidad tiene en la actualidad 540 frentes de trabajos en todo el país, con obras de diversos tipos y tamaños que involucran un monto global de unos 88 mil millones de pesos.

Cabe destacarse que cuando el ingeniero Deligne Ascensión asumió el ministerio de Obras Públicas el país estaba paralizado por razones entendibles como la pandemia del COVID-19 y que apenas se estaban ejecutando unas 30 obras en todo el país y en la actualidad se han elevado a 540.

De manera que el MOPC ha sido un eje fundamental en los cambios que se está produciendo el presidente Luis Abinader en nuestro país.

A mi juicio, el MOPC ha sido la institución más dinámica y efectiva y la que más ha contribuido con la reactivación y dinamización de nuestra economía, no obstante la enorme y delicada situación que se ha producido en nuestro nación, antes y durante el COVID-19.

Para terminar solo nos queda precisar que el Gobierno y el sector industrial trabajan unidos en el propósito común de industrializar el país, reactivar la economía, generar empleos formales, riquezas y desarrollo para todos.

Para el 2022 se espera una inversión privada de mas de 79,000 millones, algo muy importante para los planes y avance de nuestro país.