El Chavo del 8 se convirtió en, quizá, el programa mexicano más influyente de Latinoamérica. En cada rincón del subcontinente, Roberto Gómez Bolaños, por siempre conocido como Chespirito, es un nombre que resuena por su chispa, talento y por haber sido el creador de este show.

Con más de 1300 capítulos que fueron transmitidos, originalmente, durante 30 años, pero que continuaron su vida en la televisión latina por más de 50 años, el programa número uno de la televisión humorística generó millones de pesos por cada episodio que millones de personas han visto desde su estreno el 20 de junio de 1971.

Dicho éxito no sólo fue para la televisora y los productores. También los protagonistas, quienes le dieron vida a la vecindad, tuvieron millonarias ganancias por ser los rostros y voces de esta serie, cantidades que amasaron durante sus periodos dentro de la misma y que no son nada despreciables.

Según el sitio web Celebrity Net Worth, portal que da a conocer información sobre el patrimonio neto de las personalidades con base en estimaciones de información pública o con datos de primera mano de los famosos o sus representantes, cada uno de los actores obtuvo una millonaria suma que va desde los 10 y hasta los 50 millones de dólares.

Florinda Meza participó en los diferentes programas de Chespirito con diversos personajes. Desde Doña Florinda hasta La Chimoltrufia, pasando por la mismísima Popis, se mantuvo activa desde 1970. Casi 15 años después, dejó la televisión para sólo presentarse en algunos programas de manera esporádica.

Oficialmente, desde el 2019 no tiene un papel dentro de algún programa, pero su vida en la farándula y como productora aún no termina, pues continúa en su disputa por los derechos de su esposo para crear una bioserie y ganar más de los USD20 millones que obtuvo como actriz al lado de Roberto Gómez Bolaños.

Por su parte, Quico, el mejor amigo del Chavo, interpretado por Carlos Villagrán también engrosó sus cuentas bancarias durante las décadas que participó en los diferentes shows de Chespirito. Con todos ellos obtuvo alrededor de USD10 millones.

El propio Chespirito fue quien más dinero generó. Ya sea por ser el actor principal, creador y productor de todos estos shows, la diferencia de fortunas es inmensa, pues de acuerdo con Celebrity Net Worth, Chespirito amasó USD50 millones, cantidad inmensamente superior a la de sus compañeros.

Sin embargo, están aquellos actores que no cuentan con un registro exacto de las cantidades que lograron recaudar en más de 30 años como personajes del Chavo del 8, pero que algunos medios lo consignaron en su momento. Tal es el caso del Profesor Jirafales, Rubén Aguirre, quien le reveló a algunos medios que ganaba cerca de USD35 al mes, lo que se traduce a 650 pesos, cantidad que no creció mucho durante 30 años, pues casi al final de su carrera sólo le daban 700 pesos cada 30 días.

María Antonieta de las Nieves también se une a esta lista. Se dice que La Chilindrina, ganó la misma cantidad que Villagrán, unos USD 10 millones. Sin embargo, en una entrevista que le otorgó a Telemundo, aseguró que la paga nunca fue la mejor, y hasta criticó la pequeña cantidad obtenida por programa.

“Trabajar para niños es lo menos bien pagado, por no decir el más mal pagado. O sea que si yo gané 1,000 pesos o 1,500 por programa, a mí me daban 150 pesos por cada vez que pasaba”, reveló.

No obstante, en su libro autobiográfico Había una vez una niña en una vecindad: Esta es mi historia, escribió que fue un “error” trabajar en el Chavo del 8, pues en otros shows le ofrecían una mayor cantidad de dinero.

“Honestamente, me costó mucho trabajo decidirme a dejar a ‘Chespirito’. Con él ganaba 100 pesos mexicanos (5 dólares) a la semana y en el otro lugar iba a tener 2 mil por programa, o sea, mil por semana. La vida es un sendero de encrucijadas y muchas veces toma uno el sendero equivocado. ¡Todos cometemos errores!”, reconoció.

Haber sido parte de la historia de la televisión latinoamericana seguramente provocó muchos momentos felices, pero también fue un arma de doble filo para algunos que revelaron en su tiempo esta diferencia salarial, así como otros problemas, crearon rencillas entre ellos.

Algunos optaron por hacerse a un lado, mientras que otros, como Carlos Villagrán, crearon sus propios programas, sin el mismo éxito que El Chavo del 8. Hoy, muchos años después, sólo queda el feliz recuerdo de una vecindad con sus problemas y situaciones cómicas, cosa que ninguno de los actores, ni los espectadores, olvidarán por muchos años.