Cómo es la experiencia del primer consultorio de la Argentina con perspectiva de género. Qué método utilizan para abandonar el cigarrillo

Dejar el cigarrillo es una dura batalla para las mujeres. Ellas son más decididas que los varones a iniciar un tratamiento, pero tienen menos éxito en sus intentos de abandonar la adicción al tabaco.

Reconocen que fumar les hace mal porque respiran mal, tienen tos crónica, los dientes afectados y más arrugas, pero sufren más factores estresores que los varones, como estados de ansiedad y depresión, trastornos alimentarios y situaciones de violencia de género que les dificultan alejarse del pucho.

Desde hace una década funciona en el Hospital de Clínicas de la UBA el primer consultorio con perspectiva de género para abandonar el tabaco. El 60% de los pacientes son mujeres que, en promedio, tienen 40 años. Buscan más ayuda que los varones, pero les cuesta más trabajo dejar de fumar. Ansiedad, depresión, trastornos alimentarios y violencia de género son los factores psicosociales que más las atan al cigarrillo

Los obstáculos que las mujeres tienen para abandonar el cigarrillo son registrados y abordados en el primer consultorio con perspectiva de género del país para dejar de fumar, mediante un enfoque interdisciplinario -integrado por cardiólogos, psicólogos y psiquiatras-.

Por allí han pasado más de 2.000 pacientes -entre 200 y 300 por año-: el 60% son mujeres que en promedio tienen alrededor de 40 años, unos 10 años menos que los varones que se acercan con la idea de dejar de fumar.

“No hay límite de edad en las personas que pueden acceder al consultorio. Hemos atendido mujeres de más de 80 años -con más de 60 años de adicción- que han logrado dejar. Existe una fuerte evidencia científica que demuestra que los beneficios de dejar de fumar se obtienen a cualquier edad”, destaca a Infobae la doctora Sandra Braun, coordinadora del consultorio.

Atención diferenciada en base al género

En diálogo con Infobae, la especialista explica cómo se creó este espacio de atención, que funciona en la División de Medicina Interna General del Hospital de Clínicas, qué tipo de atención reciben las pacientes, cómo es el tratamiento que reciben y por qué el tabaco provoca más riesgos y efectos nocivos en la salud de las mujeres.

Sobre la historia del consultorio Braun cuenta: “Empezamos alrededor de 2010 a trabajar con el objetivo de contemplar temáticas como la salud de la mujer y medir la prevalencia de violencia de género en las fumadoras. Así, elaboramos nuestros propios registros y pudimos identificar numerosas dificultades que tienen las mujeres para abandonar el cigarrillo, que son mayores a las de la población masculina. Por eso, resolvimos realizar una atención diferenciada en base al género. En síntesis, el consultorio de cesación tabáquica con perspectiva de género surge fundamentalmente de nuestra experiencia y de experiencias internacionales”.

“Trabajamos cada agente estresor en su particularidad -continuó la experta-, desarrollamos distintas estrategias, particularmente sobre la violencia de género que en las mujeres dispara adicciones de tabaco y alcohol, y para lo cual tenemos estructurado un test especial. También realizamos un interrogatorio especial en cuanto a peso, dieta y actividad física para atender otra de las preocupaciones generales de las mujeres que es el aumento de peso con la cesación tabáquica”.

“Las mujeres –sostiene Braun- sufren más factores estresores psicosociales como ansiedad, depresión, trastornos alimentarios -son más sensibles al temor a aumentar de peso-, y si han sido víctimas o sufren algún tipo de violencia de género, incluso si lo han sufrido durante la infancia, son casos en los que se hace muy difícil poder terminar el tratamiento. Por todo esto, a las mujeres les cuesta más dejar la adicción al tabaco y al mismo tiempo son las que más buscan ayuda”.

Estas conclusiones surgen de revisiones realizadas en publicaciones médicas desde 2016 sobre más de 190 estudios de investigación de distintos países y distintas vertientes. “Toda esa evidencia muestra que actualmente las mujeres tienen mayor dificultad en lograr abstinencia y mayor probabilidad de recaídas”, apuntó.

Entre esos estudios, se destaca una investigación realizada por investigadores de la Universidad de Borgoña, Francia, con más de 35.000 fumadores que a fines de agosto fue presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. El estudio realizado entre 2001 y 2008, comparó las características de hombres y mujeres fumadores y demostró que las mujeres que buscaban ayuda para dejar de fumar presentaban mayores tasas de sobrepeso u obesidad, depresión y ansiedad que los hombres y tenían menos éxito en sus intentos de abandonar la adicción.

En ese sentido, Braun agregó: “No es sólo un problema en Argentina, sino que ha sido verificado en varios países. Si bien la prevalencia aquí aún es más alta en varones, existen indicios que nos llevan a pensar que en algunos años las mujeres van a fumar más que los varones. Por ejemplo, la última Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes realizada en 2018 en chicos entre 13 y 15 años ya describe un neto predominio femenino en la adicción: 21,4% en las jóvenes y 18,7% en varones. Esta transición del predominio masculino al femenino es también un fenómeno global conocido”.

Según datos de la Sociedad Europea de Cardiología, las mujeres que buscan ayuda para dejar de fumar presentan mayores tasas de sobrepeso u obesidad, depresión y ansiedad que los hombres 

En Argentina, la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 (ENFR) -realizada por el Ministerio de Salud en mayores de 18 años- señala una prevalencia global de consumo de tabaco del 22,2% (varones y mujeres). El consumo por género indica un 18,6% de prevalencia en mujeres y 26,1% en varones. Pero esta diferencia se invierte cuando se analizan poblaciones de menor edad o se iguala en grandes centros urbanos como en la Ciudad de Buenos Aires.

Las motivaciones para dejar de fumar

Desde cuestiones estéticas como el persistente olor a tabaco, el aspecto de la dentadura o las arrugas, impulsan a las mujeres a iniciar un tratamiento para dejar de fumar, incluso llegan muchas mujeres influenciadas por sus hijos o nietos para que abandonen el cigarrillo.

“Las mujeres proyectan a largo plazo -detalló Braun-. La mayoría llega por cuestiones estéticas, por influencia de sus hijos o nietos, y en forma secundaria por las enfermedades. En tanto, los varones llegan más tardíamente: lo hacen ante enfermedades cardiopulmonares, por derivación médica o en forma espontánea”.

Embarazo libre de humo

El tabaquismo produce alteraciones en la fertilidad o el embarazo: menor peso de los recién nacidos y síndrome de muerte súbita del recién nacido, entre otras. También, hay que aclarar que las mujeres tienen más riesgo de sufrir cáncer de pulmón y oral, mayor riesgo de enfermedad coronaria. El tabaquismo es un importante factor de riesgo para sufrir osteoporosis precozmente. Existen indicios de que también sería un factor en el desarrollo de cáncer de mama y ovario.

“Es importante destacar que las chances de éxito son mucho mayores cuando se pide ayuda calificada para dejar de fumar. En la página de AsAT contamos con una lista de profesionales en todo el país y hoy con las plataformas y videollamadas es mucho más accesible el tratamiento”, agregó Cassone en diálogo con Infobae.

Tratamientos y eficacia

En cuanto al proceso terapéutico, Braun detalló a Infobae que, en total, el tratamiento dura entre 2 a 3 meses, con seguimiento a los 3, 6 y 12 meses. “Es decir, damos el alta definitiva al año de abstinencia. Los primeros dos encuentros los dedicamos a la evaluación de la paciente con la historia clínica y varios tests que evalúan depresión y ansiedad en ambos sexos. Y violencia de género y preocupación por el aumento de peso en las mujeres”.

“Conjuntamente con la paciente -continúó- se acuerda un tratamiento, según las preferencias y las posibilidades en cuanto a los costos, proceso que es guiado por un profesional. Una vez que la persona logra dejar, se realizan seguimientos semanales y contacto permanente por el primer mes y luego cada 15 días durante los 3 primeros meses”.

La asistencia se basa en técnicas cognitivo-conductuales, aplicadas en terapias individual o grupal, probadas con éxito para la intervención en la cesación tabáquica, tal como aconseja la literatura médica mundial. La efectividad de los tratamientos, según informó Braun, se ubica entre el 30% y el 32 %. Es decir que cada 100 pacientes, entre 30 y 32 dejan de fumar al año.

“Hemos ido desarrollando distintas estrategias, tratamientos selectivos, en base a drogas que funcionan mejor en mujeres que en varones. Por ejemplo, para las mujeres que les preocupa el aumento de peso el Bupropion ayuda a disminuir el apetito y se indican, además, consejos alimentarios y actividad física. En tanto, los parches y chicles de nicotina resultan más eficaces en varones”.