CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco no recibirá la próxima semana al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que está de visita a Italia, ya que sería un gesto que podría interferir en la campaña electoral pero que coincide con las críticas estadounidenses al acercamiento de la Santa Sede a China.

Francisco, que ya recibió a Pompeo en octubre del año pasado, no recibe a personalidades políticas durante las campañas políticas, para evitar cualquier tipo de instrumentalización ante las próximas elecciones en Estados Unidos entre el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden.


Sin embargo, Biden sí que se reunirá con el secretario de Estado y número 2 vaticano, Pietro Parolin y al secretario para las relaciones con los Estados, Paul Gallagher.

En su visita a Italia el 29 y 30 de septiembre Pompeo intervendrá en la Embajada de los Estados Unidos en el simposio organizado por la Santa Sede sobre el avance y la defensa de la libertad religiosa a través de la diplomacia, previsto para el 30 de septiembre.

En la Secretaria de Estado sí que se discutirá de una de las cuestiones más espinosas que han suscitado un alejamiento en las relaciones entre  Estados Unidos y el Vaticano: el acercamiento de la Santa Sede y China.

Hace algunos días, el secretario de Estado norteamericano utilizó un artículo en la revista “First Things” para invitar urgentemente al papa a no renovar el acuerdo con Pekín que ha regido las relaciones en los dos últimos años, con especial referencia al nombramiento de obispos.

La elección de esta revista no fue casual, porque es una publicación con una fuerte presencia de información religiosa. Su fundador, Richard John Neuhaus, fue un pastor luterano que luego se convirtió al catolicismo y poco después fue ordenado sacerdote por Juan Pablo II y también fue asesor de George W. Bush y tiene posturas muy críticas con este pontificado.

El artículo fue publicado en vísperas del vencimiento del acuerdo y ahora el Vaticano y China tienen un mes para realizar una renovación de dos años, pero la Santa Sede no tendrá problemas para renovarlo.

En el artículo, Pompeo cuestiona el acuerdo y dice por qué, en su opinión, la Santa Sede debería renunciar a él ya que pondría en peligro su autoridad moral si lo renovara. Una interferencia que no ha gustado en el Vaticano, según algunos medios.

El cardenal secretario de Estado declaró hace unos días que las intenciones comunes eran de continuar con su renovación.

El acuerdo pone las reglas para la ordenación de los obispos, pero es un primer paso para entablar un diálogo directo con China y para establecer unas futuras relaciones diplomáticas con China, que se interrumpieron en 1951.

En la agenda de Pompeo en Roma, está previsto una reunión con el primer ministro, Giuseppe Conte y el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, “para discutir la relación bilateral entre Estados Unidos e Italia, las respuestas COVID-19 y nuestros esfuerzos para enfrentar las amenazas de seguridad compartidas y promover la estabilidad regional”, se lee en un comunicado oficial.