El espíritu que debe prevalecer, ante tan crucial dilema
 Por Nelson Marte

El periódico español Diario 16 difundió al mundo este fin de semana la noticia de que “El PLD puede provocar un conflicto civil en República Dominicana”.

A los dominicanos debe resultarles chocante que la noticia venga de un medio de comunicación del exterior, pues por los peligros que encierra para nuestro país esa información debería ser objeto de grandes titulares, editoriales y comentarios en nuestra prensa.

El espeso silencio se debe a que el presidente Danilo Medina ha obligado a sus dueños a tomar control y poner filtros a sus ejecutivo sobre los contenidos a difundir, cambio de beneficios económicos, ha explicado el doctor Namphi Rodríguez, experto en Derecho de la Información.  

Pero  independientemente de que la prensa nacional esté impedida de cumplir dos de sus más sagradas misiones, informar y edificar al pueblo, y de tratar un tema de tanta envergadura, que podría tener terribles consecuencias para la economía y la gobernabilidad política y social,  que los dominicanos no podemos desentendernos de la situación.

Que aún sea a través de las redes sociales, en el tête à tête con vecinos, compañeros y relacionados los dominicanos estamos compelidos a dirimir el tema y a organizarnos y actuar para evitarle al país la desgracia que significaría para la sociedad ese conflicto civil que teme el periódico español y que late inminente debido a la ambición desenfrenada del continuismo morado.  

El  diario ibérico no lo dice, pero el motivo de esa catastrófica posibilidad la conocemos todos, y es que a pesar de que el PLD perdió hace tiempo el favor de la mayoría del pueblo, el presidente Medina pretende darle continuidad a un modelo de gobierno agotado en su capacidad de respuestas a los viejos y nuevos desafíos que tiene por delante el país.

Un modelo de gobierno que presenta un profundo deterioro ético, una y  otra vez rechazado por el pueblo con marchas telúricas contra la corrupción y la impunidad, con plantones de los jóvenes en la Plaza de la Bandera, condenando las manipulaciones del poder político.

Rechazo que se expresa también en la indignación de las amas de casa de clase media, que hartas de la inseguridad, la desconfianza, el irrespeto y las mentiras asumidas por el gobierno como forma de “comunicación”, invaden con sus ensordecedores cacerolazos hasta el edificio en que reside el Presidente.

El continuismo del PLD no ha sido posible, -ni lo será- porque al presidente Danilo Medina, que prometió ganar él las elecciones, el pueblo le ha rechazado todos sus intentos, desde cuando quiso imponer en la Ley de Partidos las  convenciones abiertas en todos los partidos para elegir sus candidatos.

Cuando asediado por los líderes Luis Abinader y Leonel Fernández, y otras fuerzas políticas y sociales, y el gobierno de Estados Unidos no pudo introducir en el Congreso un proyecto de reforma constitucional releccionista para buscar un tercer mandato consecutivo, proyecto que ya redactado tuvo que retirar  a última hora.

Y fue también la presión y tensión articuladas por la sociedad lo que llevó al Tribunal Constitucional a rechazar el recurso de “inconstitucionalidad” de su derecho a reelegirse una segunda vez, prohibido en la Carta Magna.

Cerrados todos los caminos a reelegirse como Presidente, llegó al extremo de dividir a su partido para imponer a su interpósito Gonzalo Castillo, un alegado empresario con múltiples señalamientos de tráfico de influencia y corrupción, algunos de ellos documentados.

En vez de mantenerlo como un bedetto en sus páginas y emisiones noticiosas,  por ejemplo de higiene ética y síquica los medios deberían reclamarle a ese señor que como aspirante a dirigir el país responda los señalamientos que lo implican en acciones reñidas con el Código Penal, y cumpliendo su responsabilidad social uy de apego institucional advertirle públicamente que su silencio lo hace culpable ante la sociedad.  

El continuismo desesperado usa la enorme y costosa maquinaria de desinformación oficial para vender la “realidad” construida de que con sus allantes y privilegios gubernamentales esa figura  ha logrado subir algunos puntos en la preferencia electoral, en una campaña de desinformación y mentiras realizada a través de encuesteros, periodistas vendidos, mercenarios y sicarios mediáticos, que deshonran con sus falsedades y burdas manipulaciones el sagrado oficio de informar.

Medido lo que les viene en las urnas el 5 de julio, usan al ministerio de Salud y a periodistas  pervertidos en la antipatriótica misión de meter miedo a los ciudadanos para que se queden en casa y no vayan a votar.

Hay que advertir al presidente Medina, al ministro de Salud, al PLD y a los periodistas vendidos que los ayudan a inducir la abstención, que el pueblo dominicano “vencerá el miedo”, como dijo Juan Bosch en 1961

Ayer, como hoy, somos muchos los dominicanos dispuestos a asumir cuantos sacrificios sean necesarios para preservar la libertad y la democracia, que tanto nos ha costado, aunque los traficantes de la política y la comunicación nos hagan pasto de sus burlas.  

En más de una ocasión hemos escuchado las palabras del que el pueblo ha elegido ya como su próximo Presidente, a Luis Abinader, proclamar que si fuera necesario está dispuesto a inmolarse, a dar su vida, en defensa de la democracia.

Ese es el espíritu que debe prevalecer.