La mucosidad en los oídos es un problema frecuente entre los niños. Hasta puede disminuir la capacidad auditiva cuando se acumula en exceso. ¿Cómo reducirla?

Compartimos algunos métodos.

La mucosidad en los oídos aparece cuando una infección se asienta en el sistema auditivo y el cuerpo produce moco para defenderse. Es habitual entre los niños y, en ellos, se suele derivar de un resfrío.

El nombre técnico para el cuadro clínico es el de otitis seromucosa u otitis media serosa. Su frecuencia hace que lo pueda diagnosticar un médico general o un pediatra, sin necesidad de llegar al otorrinolaringólogo.

Es el oído medio la estructura castigada por los síntomas. La infección llega a esta zona central del sistema auditivo y se asienta colonizando la parte interna con bacterias o virus. Es una estructura pequeña y, por eso, el moco se acumula rápido allí cuando los glóbulos blancos quieren combatir la infección.

A veces, la mucosidad no es por virus o bacterias, sino por una reacción alérgica o por una mala ubicación de la trompa de Eustaquio desde el nacimiento. Esta estructura es un tubo que conecta el oído medio con la faringe, y que iguala presiones entre las cavidades.

Aunque más de la mitad de las otitis medias se resuelven solas, la mucosidad en los oídos puede resultar molesta por más tiempo. Para tratarla, hay una serie de técnicas que se pueden aplicar, así como medicamentos adyuvantes.

Síntomas de otitis media
Cuando un niño tiene mucosidad en los oídos por padecer una otitis media, es frecuente que manifieste dolor. En los lactantes, faltos de expresión verbal, el síntoma es un llanto continuo que aumenta cuando le presionamos la parte externa de la oreja.

Si la mucosidad en el oído es suficiente para bloquear el tímpano, se perderá audición, puesto que la membrana timpánica necesita estar libre para transmitir el sonido. La pérdida es momentánea, y hasta puede ser intermitente mientras dure el proceso.

Como el sistema auditivo se relaciona al equilibrio, su mal funcionamiento repercute en la postura y puede causar desequilibrio, náuseas y vértigo. Es raro llegar al desmayo y a los vómitos, aunque en los casos extremos aparecen.

Los médicos llegan al diagnóstico de mucosidad en los oídos examinando el conducto auditivo con un otoscopio para ver la membrana del tímpano. Si esta aparece inflamada, con cambio de color y abombada, se sospecha que detrás hay moco acumulado.

Técnicas para eliminar la mucosidad de los oídos
Hay 3 métodos que podemos aplicar de forma casera para eliminar la mucosidad de los oídos. Por supuesto, esto es solo un adyuvante al tratamiento que nos sugiera el médico para la otitis media.

Alternar posiciones
Al cambiar de posición la cabeza, lo que pretendemos es que el moco acumulado en el oído medio fluya para salir. Es decir, queremos obligar que, por gravedad, la mucosidad vaya por la trompa de Eustaquio, caiga en la faringe, y de allí la podamos expulsar.

No hay una posición que sea efectiva al cien por ciento. Debemos inclinar la cabeza hacia un lado, luego hacia el otro con lentitud, y repetir. A la hora de dormir, conviene hacerlo sobre el oído que no está taponado, para incrementar el efecto de la gravedad sobre el otro.

Usar vapor
La mucosidad de los oídos en la otitis media es una derivación de resfríos y mocos en la nariz, sobre todo en la infancia. Por eso, el clásico vapor de agua para la garganta es útil en estos casos.

El vapor debe dirigirse a las vías respiratorias superiores, no hacia el oído. Lo que pretendemos es que ingrese calor a las mucosas para que el moco almacenado se ablande y se fluidifique. Así, será más fácil su expulsión y salida.

En el caso de los niños, hay que evitar dejarlos solos mientras dure el tratamiento con vapor de agua. Se trata de un calor que, aunque leve, puede producir quemaduras en la piel y en las mucosas, por lo que un adulto tiene que supervisar la técnica.

Agua con sal
La solución salina simple, que consiste en agua con sal diluida, se emplea desde siempre en los taponamientos de la nariz. Pues bien, al igual que el vapor, aplicar estas técnicas en las vías respiratorias superiores es útil para todo el cuadro clínico presente.

La sal arrastra mucosidad por presión osmótica. Esto sucede porque el sodio contenido en la solución es afín a todas las moléculas de agua y, entonces, la parte hídrica de la mucosidad se asocia a la sal para buscar el exterior del cuerpo.

Los medicamentos para la mucosidad de los oídos son prescritos por un profesional
Las técnicas comentadas para eliminar los mocos de los oídos son solo coadyuvantes. Será un profesional de la salud quien indique los fármacos adecuados para la otitis media. Es importante evitar la automedicación ante los síntomas de taponamiento y falta de audición.

Fuente: mejorconsalud