Mientras los corruptos no sean ahorcados

-          El coronavirus seguirá matando. Los pobres seguirán sufriendo miserias. Los centros de salud seguirán desabastecidos de medicinas. El país seguirá siendo subdesarrollado. Niños  seguirán muriendo sin necesidad. El país no tendrá recursos, y solo le quedara vivir de pedir prestados. Para que luego con impuestos, lo paguen los pobres. Y se repite el círculo. Y todos ellos millonarios, con yates, helicópteros, aviones, con el dinero de todos.

 

Con toda la calma del mundo repetía una y otra vez, la abuela Colasa a su familia. Sentada en su mecedora, después de comer, mientras veía su novela favorita. Y a través de la ventana, que tenía a su izquierda, de vez en cuando, contemplaba  los arboles del patio y respiraba profundo para tomar energía.

 

-          Ya comprendí cual es el problema mama. –dijo su hijo Joaquin- es que no vivimos en democracia, nuestro sistema es una dictablanda, y el problema está en la constitución. Ese es el cáncer, la constitución es la trampa, es la gran estafa, la gran ramera.

 

Doña Colasa lo miró extrañada. Tomó el control del TV que tenía entre sus piernas,  y puso en mute la TV, aprovechando un anuncio. Y clavó su vista en Joaquin.

 

-          Mama –dijo Joaquin- mientras la Constitución establezca, que un solo individuo el presidente, pueda, solo, sin darle razones a nadie, determinar el uso de los recursos públicos, y sea quien además, designe a los Jueces, al Procurador, al Director de la policía, al Ministro de las FFAA, podrá hacer lo que le venga en ganas. En realidad es un dictador legitimado por elecciones, a lo que l Constitucion da forma, concentrando tanto poder en un solo individuo. Y  eso es lo que  tenemos.

 

Dona colasa, ahora apagó el Televisor y lo miró. Es evidente que se había elevado su interés en el tema.

 

-          Y como es que , dizque tantos  Constitucionalista, como ninguno, nunca ha denunciado tanto despropósito en un documento de tanta trascendencia como es la Constitución?

 

-          El sistema no educa para cuestionar lo existente, mama, están educados para conocerlos

 

Dona colasa hizo una senal, que seria de mal gusto repetirla aquí.

-          Entonces dijo…  ¿Como sería una democracia? Si lo que tenemos es una dictablanda?

 

-          En una verdadera democracia, el Poder Judicial y el Legislativo fueran independientes del Poder Ejecutivo. Este no nombraría jueces ni procurador. Y en nuestro caso, creo que el Poder Legislativo, el 50% no deben representar partidos políticos, sino los diferentes sectors de la sociedad, para evitar lo del presente, que es un sello gomigrafo del ejecutivo, sin ninguna iniciativa propia. Tampoco debe designar el presidente la Camara de Cuentas, que es la que debe auditar las cuentas publicas.  Tampoco al Director de la policía, para que esta pueda hacer su trabajo con independencia.  Aquí como el presidente, o el dictador de turno, designa a todos los titulares de las instituciones, y los puede cancelar cuando él quiera, no existen instituciones, porque todos los titulares,  están sometidos a la voluntad del presidente y por tanto las instituciones. Y como todos dependen de él, lo que se convierte el gobierno es en una asociación de malhechores. Por eso nada funciona, y el presidente hace lo que le viene en ganas.

 

-          ¿Y cuál sería la solución? Dijo interesada Dona Colasa. Al tiempo que respiró profundo, sus pechos se levantaron. Inspirada por una briza fresca que se coló por la ventana.

 

Joaquín se quedó pensando. Y fue cuando dijo:

 

-          Lo positivo fuera que el cambio pudiera hacerse por las buenas, de forma civilizada. Pero creo que será imposible. Los intereses necesarios  creados, para llegar al poder, obliga luego a colocar los inversionistas en posiciones, estos buscan rescatar la inversión, y ahí se fertiliza la corrupción,  mas los intereses creados no lo permitirán, y son demasiados poderosos.  Y las FFAA no tiene conciencia institucional de su deber, que es TODO POR LA PATRIA, el sálvese quien pueda, y el buscarme lo mío, determina la conducta de demasiados. La clase empresarial tradicional, organizada en el CONEP, es socia de la clase política tradicional. Y súmele, que hay una parte, casi la mitad del pueblo, que apoya a los que le roban, a los que lo mantienen en la miseria con la corrupción y la impunidad.  De manera que a corto plazo, es difícil que pueda hacerse tampoco  por las malas.

 

Si quieres derrotar la corrupción debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares

 

-          ¡Entonces estamos condenados al más de lo mismo! Dijo Dona Colasa con indignación y frustración.

 

-          No crea, este es un pueblo con espíritu de torpedo, que de pronto explota. Puede aguantar un problema por mucho tiempo con aparente indiferencia, y de un dia para otro, con la fuerza de un rayo se convierte en un terremoto.  Recuerde la independencia en menos de un mes, en 1844,  después de aguantar 22 años. O la guerra de la Restauración, después de aguantar dos años la anexión, en 1863, a pesar de haber 30 mil soldados españoles, unos héroes, sin armas se lanzan a la guerra, el pueblo los apoya, matan 18 mil soldados españoles, y 2 años después, ganan la guerra. O el golpe de Estado contra Bosch de 1963, mire como explota la indignación en 1965. De manera que este pueblo es una sorpresa. Eso sí, continuará el robo, el saqueo de los recursos públicos, los jóvenes desempleados y  la sociedad pobre y subdesarrollada, mientras no se establezca pena de muerte a los ladrones de los recursos públicos.  Pero para que exista una verdadera justicia, debe establecerse el sistema de jurados, para que este en manos del pueblo. Y la PN debe ser descentralizada para que pueda investigar con libertad. Y el DNI no debe estar bajo control del presidente. Y los ministros deberían escogerse por concurso publico y ratificado por el congreso que debe ser unicameral.  Pero los ladrones, hacen tanto daño a toda la sociedad, que deben ser ahorcados.

 

-          ¡Eso vendrá! Dijo Dona Colasa,  y volvió a encender la TV y con cara de indignación, reinició con su novela. Como una autómata que está lejana, volvió a repetir;

 

-          Ya lo verá,  los corruptos comenzaran a ser ahorcados.  ¡Eso vendrá!