En Estados Unidos y en Alemania empieza a circular la idea de un documento de “persona recuperada” de Covid-19

“Reabrir un club nocturno en Nueva York parece una locura en este momento, ya que es el tipo de lugar en el que la Covid-19 podría expandirse como fuego. Pero no sería descabellado si todos los empleados y clientes ya se hubieran contagiado de Covid-19 y estuvieran recupeados”.

El argumento lo sostienen Aaron Edlin, del Scheffer Center de Políticas de Salud y Economía de la Universidad del Sur del California (USC) y Bryce Nesbitt, fundado de NextBus, una empresa de información sobre transporte público, en un artículo aparecido este lunes en Statnews.

Ambos aseguran que, en poco tiempo, habrá en Estados Unidos -y en muchos otros países- millones de personas que se habrán recuperado tras padecer Covid-19. Hasta ahora, la mayoría de la evidencia sostiene que, al poseer los anticuerpos, no pueden enfermarse de nuevo y tampoco infectar a otros.

La propuesta de Edlin y Nesbitt es que estados como Nueva York, California y Washington deberían empezar a emitir algún tipo de certificación de “persona recuperada” de Covid-19, algo similar a los “pasaportes de inmunidad” que también se analizan otorgar en Alemania.

Esta podría ser un camino para poder reanudar los servicios públicos de manera más segura y reabrir sectores de la economía más rápido de los que sería posible de otra manera. “Crear un camino para los recuperados certificados de Covid-19 reduce la tensión entre reanudar la actividad económica sin más y dejar que el virus se transmita abiertamente”, explican.


Aunque nadie sabe con absoluta certeza si las personas con anticuerpos contra el coronavirus del SARS-CoV-2 pueden ser reinfectadas, la inmunidad al coronavirus que causa el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) duró dos años. En el caso del SARS-CoV-2, se sabe que los monos infectados con el SARS-CoV-2 han desarrollado inmunidad. Y según Martin Hibberd, experto en enfermedades infecciosas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, las personas que se han recuperado “es improbable que vuelvan a infectarse con el SARS-CoV-2”.


Anthony Fauci, el experto principal en epidemiología de los Estados Unidos y director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas desde 1984, dijo que “apostaría cualquier cosa a que la gente que se recupera queda realmente protegida contra la reinfección”. Ese es el mecanismo habitual de estas patologías.

“Estos primeros indicios justifican que se empiece a construir ahora un sistema de certificación. Necesitamos urgentemente hacer que el mayor número de personas vuelvan a trabajar de forma segura”, insisten los autores. “Las personas recuperadas certificadas podrían ocupar tareas médicas en la primera línea de combate a la enfermedad y en el comercio minorista. Podrían trabajar con los ancianos y los vulnerables. Las personas recuperadas certificadas también podrían trabajar en la preparación de alimentos. Un servicio que preparara y entregara alimentos sólo con personas recuperadas sería muy popular. Los autobuses en las rutas que van a los hospitales podrían ser conducidos por conductores recuperados. Las posibilidades abundan a medida que se reconstruye la confianza. Sólo saber que más y más personas han vencido el virus y han vuelto al trabajo sería un inmenso impulso para la confianza”.

El gobierno de Alemania ha tenido una respuesta muy activa a la crisis del nuevo coronavirus: es de los que más análisis ha realizado para rastrear luego los contactos de los infectados, y tiene una de las tasas de mortalidad más bajas. Y parece también querer ubicarse entre los primeros en volver a la normalidad de una manera que sea segura para la población: planea averiguar cuántas personas han desarrollado anticuerpos contra el causante del COVID-19 para entregarles documentos, por el momento apodados “pasaportes de inmunidad”, para que puedan reintegrarse a la vida económica.

El estudio, que está en las etapas finales de su financiación, espera haber completado a finales de abril la primera fase masiva de análisis, a unas 100.000 personas. Aquellos que tengan anticuerpos porque estuvieron infectados, con síntomas o sin ellos, y su sistema inmunológico los desarrolló para combatir al patógeno, recibirán “una especie de pasaporte de vacunación que les permita, por ejemplo, estar exentos de las restricciones a sus actividades”, dijo a Der Spiegel Gérard Krause, profesor de la Escuela Médica de Hanover y titular del Centro Helmholtz para la Investigación de las Infecciones, en Braunschweig.

Edlin y Nesbitt recuerdan que “la información de salud es un asunto privado” y los trabajadores indocumentados, que están entre los más afectados por el parate económico en Estados Unidos, deberían poder tramitar el certificado sin miedos y con la seguridad de que esa información no se cruzará con ninguna otra base de datoos. “nadie debería ser forzado a tramitar el certificado”.

Los autores admiten que podría surgir un problema paradójico: las personas que no fueron infectadas por el coronavirus podrían ser discriminadas en ciertos trabajos. “Sin embargo, la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de los Estados Unidos considera aceptable tal discriminación. Si la inmunidad es importante para realizar un trabajo de forma segura, entonces se justifica dar preferencia a los que están certificados como recuperados, particularmente en nuestra actual emergencia. Conseguir que más gente trabaje de forma segura es primordial”, concluyen.