El frío del invierno llega sin avisar y pasa factura a muchas partes del cuerpo, entre las cuales están los labios. Se nos agrietan, duelen, es antiestético y bastante desagradable, por lo que optamos por echarnos continuamente vaselina o bálsamo específico. Evidentemente, es muy necesario pero hay que tener cuidado.

Puede que muchas veces te hayas preguntado por qué no te cura del todo, o simplemente, por qué solamente te duran bien los labios un par de horas, y te sigas echando y echando más y más. No es que seas adicto a la vaselina, como mucha gente cree, sino que el petróleo que contiene entre sus ingredientes impide que se te reparen las heridas y no actúa más que como un auxiliar.

No solo el bálsamo labial está afectado por los derivados del petróleo. Deberías mirar con más detenimiento las etiquetas de estos cosméticos que consumes a diario para evitar riesgos peligrosos y, sobre todo, para que hagan su efecto y no dañen tu piel.

1. Vaselina

Como ya hemos señalado, la vaselina común que se vende en muchos supermercados contiene muchos derivados del petróleo comunes como la parafina o el aceite mineral que provocan que no hidraten nada, a pesar de que lo parezca, además de un envejecimiento de la piel mucho más prematuro. Estos ingredientes a largo plazo hacen que nuestros labios se resientan y sigan estando agrietados y con heridas, ya que no repara e impide que la piel se regenere. Lo mejor es comprar bálsamos que indiquen que contienen aceites vegetales y naturales, aunque sean un poco más caros.

2. Leches corporales hidratantes

Todas las cremas y leches corporales que compramos para hidratar el cuerpo y cuidar nuestra piel, hacen exactamente lo contrario. El petróleo que contienen entre sus ingredientes da una textura suave y sensación de hidratación, a pesar de que en realidad obstaculizan a los poros de la piel, impidiendo que transpire y, en consecuencia, no se eliminen las toxinas de forma natural. Hay que mirar en los ingredientes si llevan este tipo de derivados del crudo para evitar que nuestra piel luzca menos joven y aparezcan irritaciones o dermatitis.

Hay que poner especial cuidado también a los parabenos, muy comunes en las cremas hidratantes de la cara para conservarlas, que solamente tienen que tener una presencia de entre el 0,01% y el 0,3% para no ser peligrosos.

3. Mascarillas

Las mascarillas de la cara actúan durante varios minutos y dejan la piel completamente suave, sedosa y con la sensación de que se ha hidratado por completo, cuando en realidad no es así. Su efecto es muy similar al de la vaselina o cualquier 'bodymilk', que actúa absorbiendo la humedad de las capas internas de la piel llevándolas al exterior para que parezca que ya no está seca, pero esto dura unos pocos minutos hasta volver a su estado normal, por lo que pedirá mucha más hidratación, lo que acarrea la aparición de dermatitis, acné o imperfecciones. Se recomienda que se usen productos naturales que estén hechos a base de aceites vegetales.

4. Cremas y aceites para niños

Cuando echamos cremas a nuestros hijos pensamos que les estamos cuidando su piel, pero hay que tener muchísimo cuidado con lo que se les echa, ya que ellos son mucho más sensibles y vulnerables. Casi todos los que se venden en supermercados comunes están fabricados a base de refinados del petróleo y les pueden exponer a muchísimas irritaciones por lo nocivos que son sus ingredientes.

Para los más pequeños hay que elegir productos de cosmética que estén libres de colorantes y pigmentos sintéticos, alcohol y alérgenos como el bronopol, los compuestos ceteareth y PEG, el oxybenzone presente en algunas cremas de protección solar, o los parabenos. Siempre puedes hacer una lista a la hora de ir a comprar cualquier cosa y repasar la etiqueta.

5. Desodorantes

Los utilizamos a diario, aunque pueden llegar a ser perjudiciales para la piel a largo plazo por el aluminio que contienen algunos. Este se suele incorporar en forma de clorhidrato de aluminio y hay estudios que lo relacionan directamente con el cáncer de mama, a pesar de que no hay nada que esté completamente comprobado. Otros pueden llegar a tener amoníaco, fenol y triclocarban, tres elementos que siempre debemos evitar en sus etiquetados si queremos comprarlos. Además, tampoco se recomiendan los desodorantes perfumados, ya que pueden llegar a ser contraproducentes. Sin embargo, hay muchísimas marcas que desde hace tiempo han huido de estos derivados y del alcohol, lo que los hace mucho más seguros.

6. Cremas de afeitar

Al igual que el resto de cremas que hemos señalado antes, las de afeitar tampoco se libran de contener parabenos para su conservación y otros derivados del petróleo en su etiqueta. Los que pueden llegar a tener son el methylparaben, propylparaben, butylparaben o benzylparaben, y un compuesto químico llamado alfa-pineno que puede llegar a ser peligroso a largo plazo que algunos estudios indican que pueden causar defectos en el sistema inmunológico, aunque no está probado por completo.

7. Pasta de dientes y enjuagues bucales

La polémica por los ingredientes químicos que contiene la pasta de dientes y los enjuagues bucales continúa debido a que muchos estudios apuntan a posibles consecuencias para nuestra salud y señalan directamente al flúor, la glicerina y a los edulcorantes artificiales. Tampoco son convenientes las altas cantidades de etanol que llevan los enjuagues, ya que puede llegar a ser muy peligroso que se ingiera por accidente. Se recomienda que se compren las que menos ingredientes de estos tengan en su etiquetado, y seguir las recomendaciones de la OCU sobre las mejores y las peores pastas del mercado que puedes ver aquí.

8. Lacas del pelo

Los aerosoles para el cabello siempre están en el punto de mira de los detractores de los químicos, ya que son perjudiciales para el ser humano y también para el medioambiente. Son capaces de contaminar con tan solo un uso de ellos, debido a las elevadas cantidades de dióxido de carbono que eliminan. Tampoco es conveniente usarlos a diario porque el pelo puede llegar a resentirse, sobre todo si después se lava con champús que también contienen químicos. Puede llegar a destrozar el pelo, además de que nos exponemos a los gases que desprenden.

9. Pintalabios

Los lápices labiales también suelen ser muy controvertidos por las altas cantidades de parafina que llevan, una composición derivada del petróleo que puede llegar a hacer el mismo efecto que la vaselina, impedir que la piel de los labios se hidrate y respire y aparezcan grietas y heridas desagradables.

También se señala muy de cerca a las cochinillas, esos insectos que dan el color rojo de los cosméticos, ya que en algunos etiquetados no están presentes y hay personas que no quieren usar productos de origen animal. Lo mejor es elegir pintalabios fabricados con ingredientes naturales y orgánicos que no provocan ningún daño en la piel.

10. Sobras y rímel de ojos

Como podemos comprobar, el petróleo está muy presente en los productos de cosmética que consumimos a diario, por lo que las sombras, eye-liner y el rímel para el ojo no podían faltar. Las sustancias químicas son muy abundantes y se pone especial hincapié en que se utilizan para esta parte tan sensible del cuerpo. Contienen muchas toxinas y el rímel está muy expuesto a las bacterias que afectan a nuestros ojos provocando enfermedades como la conjuntivitis. Lo mejor es comprar este tipo de cosmética de una marca fiable y buena, y mantenerlo en un lugar seco y limpio para evitar su exposición bacteriana.

Fuente: Que!