Buenos Aires.- La expresidenta argentina Cristina Fernández (2007-2015) dijo este martes que se despojó de toda “vanidad legítima” a la hora de decidir no competir nuevamente por la Presidencia sino de ser candidata a vicepresidenta.

“Yo ya estoy. Por eso tal vez a algunos les cueste entender decisiones que uno ha tomado hace poco tiempo. Pero cuando yo les decía a todo el mundo ‘yo ya fui presidenta’ yo sentía y siento la necesidad de poder ayudar y colaborar a terminar con esta catástrofe social y económica que viven hoy los argentinos”, dijo.


En un acto en la norteña provincia de Santiago del Estero, la exjefa de Estado explicó que sintió la necesidad de hacer un “gesto” de “despojarse de todas las vanidades legítimas que tiene cualquier ser humano”.

“Despojarme definitivamente y dar un testimonio de que, en serio, estamos dispuestos a ayudar a unir a los argentinos en un momento difícil para todos”, sostuvo la senadora, que en mayo pasado anunció que sería candidata a vicepresidenta en un fórmula encabezada por el peronista Alberto Fernández, quien fuera jefe de Gabinete durante el kirchnerismo.

Al presentar su libro “Sinceramente”, la exgobernante sostuvo que “la gente está muy mal en serio, está angustiada porque le han puesto su vida patas para arriba”.

Advirtió que el país “va a atravesar grandes dificultades” y que los problemas no se van a solucionar “mágicamente” porque hay un endeudamiento “brutal”.

Cuestionó el acuerdo que el Gobierno de Mauricio Macri selló el año pasado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para asistencia financiera por 57.000 millones de dólares por tres años.

“Esto revela el grado de las dificultades que vamos a atrevesar”, dijo la exmandataria, que siempre fue crítica de las políticas del organismo financiero.

Según su diagnóstico, “volvieron los del Fondo con los 57.000 millones y los argentinos cada vez están peor”.

“Creo que tenemos que hacer un gran esfuerzo que va a exigir que discutamos en serio muchas cosas porque no quiero tirar pálidas, pero los dólares va a haber que devolverlos y quién los va a poner”, se preguntó.

Sostuvo que este asunto tendrá que ser discutidos con los empresarios, dirigentes políticos y sindicales porque no se pueden “exigir más sacrificios al pueblo”.

“Esto va a requerir mucha madurez y mucha templanza de todos”, añadió.