Preparar este clásico mexicano es una cuestión delicada puesto que no existe una receta única. Pero tras consultar a varios amigos mexicanos y entre libros de recetas autóctonas, se logró averiguar que esta es la receta más auténtica y sencilla.

Sobre esta receta que puedes hacer todo tipo de cambios, porque existen diferentes versiones según la zona o incluso la familia a quien se pregunte. Además, si quieres puedes añadir algún ingrediente sobre esta receta base, como por ejemplo tomate aunque el auténtico guacamole no lo lleva.

Ingredientes

(Para 4 personas)

• 3 Aguacate

• 1 Chile serrano verde, en su defecto 1 pimiento verde

• Cilantro fresco un manojo

• 1 Cebolleta

• Zumo de lima al gusto

• Chile jalapeño (opcional)

• Tomate maduro (opcional)

• Tabasco rojo (opcional)

• 1 Diente de ajo (opcional)

• Nachos fritos de maíz (totopos) para acompañar

Preparación:

La forma más tradicional es usar un molcajete o mortero de piedra para triturar con él los distintos ingredientes y conseguir una pasta más o menos irregular. Como no todos tendrán este instrumento, pueden utilizar un mortero clásico y un tenedor para hacerlo en casa.

Otra posibilidad es utilizar una batidora de mano, pero en ese caso la textura queda demasiado uniforme y cremosa, siendo buena para rellenos o para untar, pero menos agradable para comer utilizando los triángulos de maíz, llamados totopos.

Comenzamos picando muy finitos la cebolleta y el pimiento verde, así como el manojo de cilantro. Después, sacamos la carne del aguacate y la cortamos en láminas o cuadrados, y la vamos mezclando con el resto de los ingredientes con ayuda del mortero. Añadimos un chorreón de zumo de lima sobre la mezcla mientras lo trabajamos.

Probamos y rectificamos de sal y si queremos, añadimos los ingredientes opcionales tales como el tomate o la guindilla, mezclándolos en ese caso con la pasta de guacamole ya terminado con movimientos envolventes con un tenedor, para no variar la textura irregular de nuestra salsa.

Servimos nuestro guacamole hecho en casa con unos totopos o triángulos de maíz, también llamados nachos que usaremos como cucharas y comer directamente del bol donde presentemos nuestra salsa. Si no lo vamos a servir inmediatamente, conviene tapar el guacamole con film de cocina que haga contacto para evitar que se oxide.

Fuente: Directo al Paladar