Washington.- Un equipo de médicos en Estados Unidos logró un trasplante de riñón con éxito entre pacientes vivos con VIH, el primero practicado en el país, que abre la puerta a futuros procedimientos de este tipo y echa por tierra los prejuicios de antaño.

El pasado 25 de marzo, un equipo multidisciplinario del centro sanitario Johns Hopkins Medicine convirtió en realidad una aspiración de años: el trasplante entre dos pacientes vivos diagnosticados con VIH, una posibilidad que empezó a dibujarse en EE.UU. con la aprobación en 2013 de la Ley de Equidad en la Política de Órganos (HOPE, en inglés).

“Estoy muy emocionado de que hayamos podido dar este gran paso”, dijo a Efe Dorry Segev, profesor de Cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins.

Segev, uno de los promotores de la HOPE, explicó que decidió promover esta iniciativa hace diez años “cansado de ver morir a personas con VIH” que estaban en la lista de espera para trasplantes.

Cifras de este equipo de investigadores revelan que unas 122.000 personas aguardan un trasplante en EE.UU.

Según estimaciones de Segev, cada año unos 500 o 600 portadores de VIH podrían ser donantes de órganos, lo que permitiría salvar más de mil vidas.

“Ha sido un largo viaje hasta este punto, pero muy gratificante”, comentó Segev sobre la esperanza que abre el primer trasplante de riñón entre pacientes con VIH.

Y esta recompensa llegó después de que en 2016 investigadores del Johns Hopkins Medicine practicaran el primer trasplante de hígado entre personas con VIH en el mundo, pero entre un donante fallecido y un beneficiario que prefirió mantenerse en el anonimato.

En ese entonces, Segev resaltó en una conferencia de prensa que ese era “solo el comienzo”.

Pero esta vez la historia fue distinta: Nina Martinez, una consultora de salud pública de 35 años, que desde los 8 es portadora VIH, se convirtió en la primera estadounidense viva con su condición que dona un riñón a un paciente anónimo, también con VIH.

“Esta es una verdadera celebración para las personas que viven con el VIH”, recalcó Segev a Efe. “Lo que fue una sentencia de muerte hace 30 años está tan bien controlado hoy que una persona que vive con el VIH puede salvar la vida de alguien donando un riñón”, agregó.

La de Martinez ha sido una historia muy mediática: ella misma contó en un artículo publicado en la revista médica Positively Aware de su interés por donar y cómo un capítulo de la popular serie televisiva Grey’s Anatomy, centrado en un trasplante de riñón entre pacientes con VIH después de aprobarse la ley HOPE, le dio el empujón final.

“Me obsesioné con la idea de que podría convertirme en un donante viva de riñón”, comentó Martinez en su nota al recordar su motivación después de conocer la importancia de donar.

Y, al recordar las palabras de Keith, el personaje que esperaba el trasplante en la serie, detalló que “las personas que viven con el VIH tienen tasas más altas de insuficiencia renal”.

Desde la perspectiva médica, Segev indicó que Martinez era una donante “ideal”, ya que su VIH está “muy bien controlado”.

“Ella está en excelente salud, es una maravillosa defensora de las personas que viven con VIH”, agregó este experto.

“Nina Martinez es cómo un paciente con HIV luce en 2019: enérgica, divertida, inteligente y saludable, y lo suficientemente altruista como para donar un riñón a un extraño”, añadió.

Para este especialista, el trasplante en el que participó Martinez “allana el camino para que muchas más personas que viven con el VIH donen a sus amigos y seres queridos que necesitan trasplantes”.

Mientras ella, que es muy activa en las redes sociales, sigue animando a sus seguidores a donar. “Hey, (hay) una grave escasez de órganos aquí, así (que) #Loqueseanecesario”, escribió en un tuit.