Pocas cosas duelen más en la vida que una ruptura, decir un adiós para siempre de alguien a quien quieres, y has querido mucho.

Que formaba parte de tu vida, de tu rutina, de tu día a día, pero no hablamos de una muerte, eso ya no tiene solución, ni de una separación amorosa. Hablamos de lo que se siente cuando una amistad se acaba.

Cuando una persona a la que considerabas amiga, o incluso casi familia, te deja de lado, desaparece, y de pronto ya no existe relación entre vosotros.

Eso es lo primero a la hora de asumir lo que está sucediendo. Si alguien a quien querías como amigo o amiga de pronto te da de lado, debes saber por qué.

Busca su palabra y su apoyo. Cuando por fin veas que no quiere formar parte de tu vida de ninguna de las maneras, pasa a la siguiente fase.

Perdónate

Seguro que no has hecho las cosas todo lo bien que hubieras podido.

Felicidades: eres un ser humano. Y con esa condición existe el hecho de que harás las cosas bien a veces, y otras fallarás.

Perdona tus errores propios, también en la amistad.

Asume la situación

Se ha acabado: no será más tu amigo o amiga.

Y en el momento duele, pero no pasa nada. Sobrevivirás. Simplemente deja de tener esperanza.

Abre los ojos

Y no sólo por el hecho de que probablemente estás mejor sin esa persona en tu vida. Al fin y al cabo, si se ha acabado es porque no era tan importante.

Sino porque puedes encontrar otro tipo de amistades de lo más enriquecedoras más adelante. Si esa persona que era tu amiga ha traicionado tu confianza, no temas en confiar en alguien más, no todo el mundo es igual.

Y afortunadamente, esto te hará reflexionar y crecer.

Fuente: Nosotras