Un fetiche, es un concepto ampliamente relacionado con el sexo y la sexualidad. Hace referencia a los objetos o partes del cuerpo (más allá de los genitales) que generan excitación sexual.

El fetichismo es un tema muy recurrente, y este tipo de fantasías se ha llevado incluso a la gran pantalla en producciones como KIKI.

Espectrofilia.

Este fetiche indica la atracción sexual hacia un espectro.

A pesar del eterno debate acerca de la existencia de los fantasmas, muchas personas encuentran placentero divagar con la posibilidad de mantener un encuentro sexual con una fantasma.

Por otra parte, la espectrofilia también engloba la excitación sexual que algunas personas pueden experimentar al mantener relaciones sexuales rodeadas de espejos.

Formicofilia.

La formicofilia es un fetiche que consiste en la obtención de placer sexual derivado de tener insectos (hormigas, gusanos, etc.) deslizándose por distintas partes del cuerpo, no únicamente en los genitales.

Además, en algunos casos se llega a utilizar algún tipo de insecto para practicar la masturbación o incluso sexo anal.

En este sentido, si te gusta sentir un cosquilleo por todo el cuerpo, nada mejor que el Smart Wand Medium de LELO, un masajeador corporal para transmitir el placer por todo el cuerpo.

Necrofilia.

La necrofilia se caracteriza por una atracción sexual hacia los cadáveres, sin importar que sea humano o perteneciente a algún animal.

Este es sin duda alguna uno de los fetiches más controvertidos de todo el mundo.

Ya que además de su naturaleza tabú, tiene la peculiaridad de ser uno de los pocos fetiches ilegales.

Autonepiofilia.

En este tipo de fetichismo el protagonista de la excitación sexual es un pañal.

Asociado frecuentemente a los juegos eróticos basados en roles, los autonepiofílicos encuentran excitante usar pañales o ser tratados como bebés.

Sin embargo, es fundamental destacar que en ningún caso guarda relación alguna con la pedofilia.

Dendrofilia.

La dendrofilia identifica a aquellas personas que se sienten atraídas sexualmente hacia los árboles y las plantas, pudiendo utilizarlas como si de objetos sexuales se tratara.

De esta práctica, a su vez, derivan otras como la masturbación con frutas y vegetales.

“El mundo del sexo y la sexualidad no tiene límites, ya que cada persona experimenta y encuentra el placer sexual de una forma diferente.

En este sentido, desde LELO defendemos la idea de que no se debe prejuzgar a nadie por sus gustos sexuales, siempre y cuando no supongan ningún tipo de peligro para la salud”, señala Alberto Gooding, responsable de Comunicación de LELO.

Fuente: Nosotras