Nuestro país, mayoritariamente católico, se entrega hoy como cada 21 de enero a la Devoción Altagraciana. Pilar de la espiritualidad criolla, La Virgen de la Altagracia es tradicional receptora de las esperanzas de nuestra gente, que confía fervorosamente en su protección, mediación y poder, como Madre de Dios. 

Variadas peticiones de ayuda le serán entregadas. Recibirá expresiones de agradecimiento por gracias concedidas. Los fieles que hoy desfilarán ante María, deben mirar no solamente rogar por ellos o los suyos en particular.

Hay necesidad de unificar un gran clamor de fe por el país, para fomentar una atmósfera positiva y vencer desalientos. Fortalecer la seguridad de que los problemas nacionales encontrarán solución y habrá un mejor mañana.

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