SU NOMBRE ERA NORMAN MONTERO Y ERA PRACTICANTE DE MEDICINA

Manolo Tavárez Justo, líder del Movimiento 14 de Junio.

 
(Santiago Estrella Veloz
Tomada del Listín Diario)


Santo Domingo
Las delaciones o “chivateos” han sido una constante en la historia de la Humanidad, pero una  ocurrida en República Dominicana en el mes de enero de 1960, prácticamente arrasó con una generación de jóvenes idealistas  que, agrupados en el Movimiento Revolucionario Clandestino 14 de Junio, fue apresada, torturada y gran parte exterminada, por oponerse al dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Hoy día, de 312 prisioneros del 14 de Junio que pasaron por la cárcel de torturas La 40, solamente quedan vivos 47.

Justo ayer domingo se cumplieron 53 años de la Asamblea General celebrada por un primer grupo de jóvenes antitrujillistas en una finca de arroz propiedad de Carlos Conrado Charles Bogaert, en Boca de Mao, provincia Valverde, donde quedó formalmente constituido el Movimiento Revolucionario Clandestino 14 de Junio, cuyo fin era derrocar la tiranía de Trujillo. 

Sobreviven de sus fundadores el ingeniero Leandro Guzmán, los abogados Luis Gómez Pérez, Abel Fernández Simó y Julio Escoto Santana; Luis Antonio Álvarez Pereyra, Dulce Tejada de Álvarez y Efraín Dotel Recio, quien se retiró de las actividades políticas y casi octogenario vive en Barahona.

Este jueves, por otra parte, se cumplirán 54 años de la expedición armada contra Trujillo, cuyos integrantes ó198 en totaló llegaron por Constanza, Maimón y Estero Hondo, los días 14 y 20 de Junio de 1959. La expedición fracasó militarmente, pues casi todos los expedicionarios fueron apresados y asesinados. Sin embargo, fue un triunfo político, porque impactó tanto la conciencia nacional que menos de un año después Trujillo caía muerto a tiros.

 Sólo sobrevivieron Francisco Medardo Germán, quien murió en el 2003 a la edad de 95 años; Poncio Pou Saleta, quien falleció a los 88 años el 21 de agosto de 2010; Mayobanex Vargas, de 73 años, quien reside actualmente en Bonao; el comandante cubano Delio Gómez Ochoa, de 84 años y su compatriota Pablito Mirabal, quien con apenas 14 años se enroló en la expedición. Murió hace varios años fulminado por un rayo mientras caminaba en un parque junto a su novia. Gómez Ochoa reside en el país, pero habitualmente viaja a Cuba, donde ostenta el rango de Comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

El sexto sobreviviente fue Alfredo Almonte Pacheco, quien había sido chofer en Venezuela, pero al salir indultado de la cárcel se puso a decir a viva voz, en Villa Juana, que era “de los barbudos” que había venido a tumbar a Trujillo. Esto fue en 1960, con Trujillo vivo. Almonte Pacheco fue introducido en un Wolkswagen por miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y desaparecido para siempre.

La  delación que originó tantas muertes fue hecha por un practicante de Medicina llamado Norman Montero, quien ejercía en el batey Las Pajas, de San Pedro de Macorís. Sucedió que un día, Norman Montero, recibió una carta de Marcos Pérez Collado, en la que le hablaba de los planes conspirativos de Manolo Tavárez Justo, líder del 14 de Junio Clandestino. La carta le fue llevada por Domingo Antonio Peña Castillo, alias La Cuca, hombre de confianza de Manolo, igual que Pérez Collado. Sin embargo, por ingenuidad o buena fe Pérez Collado no tomó en cuenta lo que significaba por razones de seguridad enviar una carta con detalles de la conspiración contra Trujillo.

Norman Montero se metió en miedo y comunicó el caso al Servicio de Inteligencia Militar (SIM), que de inmediato comenzó a actuar para que todos los integrantes del Movimiento Revolucionario Clandestino 14 de Junio fueran apresados. Ese organismo envió a Montecristi al sicario capitán Miguel P. Del Villar, quien se hizo amigo del remitente del mensaje y logró los nombres de los principales líderes del Movimiento. Una labor perfecta de espionaje. Del Villar, quien pertenecía a la Policía, se suicidó de un balazo en la cabeza tras la muerte de Trujillo en 1961. Enterado de que le buscaban para ajustarle cuentas, se fue a su natal Yaguate, se vistió de negro, tiroteó a varios parroquianos en un bar de la localidad y luego se pegó un tiro.

 Los primeros apresados fueron Federico Cabrera y Marcos Pérez Collado. Les siguieron Manolo Tavárez, Leandro Guzmán Rodríguez, Julio Escoto Santana, Luis Gómez Pérez, Minerva y  María Teresa Mirabal, Tomasina (Sina) Cabral  y cientos más. 

Todos fueron a parar a la cárcel de torturas de La 40 y a la penitenciaría de La Victoria. En La 40 fueron horriblemente torturados y muchos no sobrevivieron. El resto es Historia.

Como quien dice, es una generación en declive, aunque todavía somos muchos los que valoramos su entereza y valentía en su lucha por la libertad del pueblo dominicano.