Metro, autobús, tren…cualquiera de estos transportes son un lugar ideal para que los móviles, tabletas o e-books salgan a la luz. Ya apenas queda gente que abre sus periódicos de papel por la mañana, que aunque incomodan al de al lado por su envergadura, son mucho más fáciles de cotillear.

Pero, ¿qué problemas para la vista puede acarrear la lectura de estos dispositivos? EFEsalud ha hablado con el profesor Luis Fernández-Vega, director médico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, para responder a ésta y otras cuestiones.

“Si el paciente está bien graduado para lejos y para cerca y no tiene enfermedades oculares, entonces tanto la lectura clásica como en dispositivos electrónicos no tiene por qué generar problemas en la vista”, afirma el también presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

EFE/ Ismael Herrero

No es lo mismo leer la aplicación de un periódico desde un smartphone que leer un libro de 500 palabras, que para ello se han desarrollado especialmente los libros electrónicos. Sobre éstos, el doctor Fernández-Vega explica que “la ventaja sobre los libros tradicionales es que se puede regular el tamaño de la letra y el contraste. En los modelos de tinta electrónica debemos tener las mismas precauciones que en los de papel y los que tienen retroiluminación pueden usarse en situaciones con poca luz ambiente”.

Según el director médico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, las condiciones más favorables en las que se debe leer un libro electrónico para que no perjudique a la vista son:

Mantener una distancia de 30 centímetros respecto al dispositivo.

La dirección de nuestra mirada ha de ser hacia abajo, para poder levantar la mirada y ver de lejos.
Situar la pantalla por debajo de los ojos.

Respecto a la iluminación debe haber contraste, es decir, una buena iluminación focal (bien de la propia pantalla del E-book o con una luz auxiliar) y una iluminación ambiente tenue y débil.

Un año más en nuestro calendario significa mayor pérdida de capacidad de enfocar a distancias cercanas. Además, tal y como asegura el doctor Fernández-Vega, también catedrático de Oftalmología en la Universidad de Oviedo, la falta de lubricación de la superficie ocular puede interferir en la calidad de visión y si esto sucede hay que tratarla. Con la edad el cristalino pierde transparencia lo que provoca en muchos casos la aparición de cataratas que, “cuando interfieren en la calidad de visión y de vida del paciente recomendamos operar”.

“Tanto la cirugía como la lente intraocular que implantamos a los pacientes, la personalizamos según sus actividades. En los que leen mucho escogemos la lente intraocular que le da mayor calidad de visión a esta distancia”.
 

Aquellos que utilizan lentes de contacto tienen más riesgo -explica Fernández-Vega- de padecer blefaritis (una inflamación que afecta a los párpados, generalmente la parte donde crecen las pestañas, y provoca que los párpados se inflamen, piquen e irriten) y ojo seco (una patología que se caracteriza por la sequedad y falta de lagrimeo del ojo), por lo tanto deben de tratar estas patologías.


El profesor Luis Fernández Vega, director médico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. Fotografía cedida por el Instituto
El papel y el mundo digital viven enfrentados. La lectura de la aplicación de un periódico, de una novela en un libro electrónico o un artículo en una tableta tiene la ventaja en la capacidad de personalización ya que se puede adaptar el tamaño, el tipo de letra o regular el contraste, aunque, según el también jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) , “se pierde el contacto que desprende el buen papel o las sensaciones asociadas a un documento o un libro antiguo”.

Algunos consejos del profesor Luis Fernández-Vega

Parpadear: Por muy interesante que sea el documento debemos mantener la frecuencia de parpadeo igual que cuando no leemos. Esta acción facilita la lubricación de la superficie ocular por la lágrima y evita problemas de ojos rojos, sensación de arenilla o cuerpo extraño, en definitiva, el daño de la superficie ocular.

Buena iluminación focal dirigida al dispositivo que contraste con una iluminación ambiente cálida.

Buena corrección óptica para la lectura (una actividad de cerca) con un adecuado balance binocular (un proceso por el cual se iguala la acomodación que ejerce el sujeto con cada uno de sus ojos a través de su compensación en visión lejana).

Evitar el viento, los ambientes secos y ambientes tóxicos como el tabaco o los humos industriales.

Evitar situaciones de riesgo y falta de atención a otras actividades principales.

Escoger el contraste y el tamaño de la letra que más se adapte a nuestras necesidades y con el que nos encontremos más cómodos.
En la medida de lo posible escoger pantallas de visualización de datos que autocalibren con la luz ambiente y que tengan la mejor resolución.

Emplear lubricantes oculares (lágrimas artificiales) y evitar el uso de colirios que tengan vasoconstrictores.

Acudir al oftalmólogo si hay fatiga visual, síntomas de ojo seco o cefaleas en relación con la lectura en estos dispositivos electrónicos.