BRUSELAS.- La Unión Europea condenó esta noche “más que nunca” los ataques terroristas “cobardes y bárbaros” en Burkina Faso que causaron este sábado la muerte de más de 100 civiles, incluidos niños, en dos asaltos perpetrados en la aldea de Solhan, en la región del Sahel, y en la provincia de Oudalan.

La UE “condena más que nunca estos ataques cobardes y bárbaros y pide que se haga todo lo posible para responsabilizar a sus perpetradores”, declaró el alto responsable de Política Exterior, Josep Borrell, en un comunicado.

Los Veintisiete renuevan “su solidaridad” con el pueblo burkinabe y reafirman “su compromiso de luchar, junto a Burkina Faso y los países de la región, contra la inseguridad y por el fortalecimiento de la presencia del Estado en las regiones más afectadas” por la violencia, añadió Borrell.

“Junto a sus socios y, en particular, en el marco de la Coalición por el Sahel, la Unión Europea pone su acción diplomática, humanitaria y de desarrollo al servicio de estos objetivos, para que el pueblo de Burkina Faso alcance sus legítimas aspiraciones de seguridad y dignidad”, continuó el jefe de la diplomacia europea.

Según un informe provisional de un destacamento policial de la comuna de Sebba, fronteriza con Níger, en el ataque en Solhan fueron también quemadas viviendas así como el mercado de esa aldea, por lo que el número de víctimas mortales podría aumentar.

Al mismo tiempo, en la provincia de Oudalan, al menos 14 víctimas murieron a manos de grupos terroristas armados.

“Estos ataques, entre los más mortíferos de los últimos años, ilustran el terrible aumento de la violencia que ha sufrido Burkina Faso en los últimos meses, contra civiles, trabajadores humanitarios, fuerzas de seguridad y funcionarios”, señaló el también vicepresidente de la Comisión Europea en su declaración.

Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso Tambao, al norte del país, que aún sigue desaparecido.

La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque la inseguridad se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país.

Los actos terroristas se atribuyen al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger.

Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).