WASHINGTON.- Al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le están lloviendo las críticas por su manejo de las protestas contra la brutalidad policial, por su falta de empatía con las víctimas y su enfoque divisionista ante el problema.

Las críticas le llegan tanto de la oposición como desde su propio partido, de líderes sociales y religiosos por igual, y en su mayoría coinciden en que su estrategia de mano dura, con la amenaza de movilizar el Ejército y su descalificación de la protesta, igualando a manifestantes con vándalos y saqueadores es errónea.


A personajes como los expresidentes George Bush, republicano como Trump, y Barack Obama, su antecesor en el cargo, el exsecretario de Defensa Jim Mattis, o el propio titular del Pentágono, Mark Esper, se han sumado otras voces críticas con su gestión de la crisis.

LA ÚLTIMA CRÍTICA A TRUMP: DE UNA SENADORA REPUBLICANA

La última de ellas la senadora republicana moderada Lisa Murkowski, quien hoy dijo estar cuestionándose su apoyo a Trump tras haber leído este miércoles la declaración en la que Mattis cuestionaba la estrategia del presidente de dividir a la sociedad.

“Pensé que las palabras del general Mattis eran honestas y verdaderas, necesarias y debidas”, dijo Murkowski a los periodistas en el Capitolio, y agregó que había estado meditando las palabras correctas para expresar sus sentimientos sobre la actual presidencia.

“Donald Trump es el primer presidente en mi vida que no intenta unir al pueblo estadounidense, ni siquiera pretende intentarlo. En cambio, trata de dividirnos”, había escrito Mattis en una declaración publicada en The Atlantic, en la que también criticó su amenaza de movilizar al Ejército contra el pueblo que debe defender.

Anteriormente, y en una inusual declaración para un miembro del Gobierno, el actual titular de Defensa, Mark Esper, rechazó el empleo de tropas en activo propuesta por Trump para contener la ola de protestas desencadenada por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía en Mineápolis en pasado 25 de mayo.

UN PRESIDENTE DEBE MOSTRAR “EMPATÍA”

Ante una crisis como esta, un presidente debe mostrar “empatía con los problemas de las personas”, “liderazgo moral”, “desalentar la violencia” e informar “de modo preciso” al público, dijo a Efe el experto en ciencia política Michael Heaney, de la Universidad de Michigan, haciendo un recuento de lo contrario que ha hecho Trump.

“Es hora de que Estados Unidos examine nuestros trágicos errores”, escribió en otra declaración este martes el expresidente republicano George W. Bush.

“Aunque no es el momento para dar lecciones (…) es hora de escuchar (…) Muchos dudan de la justicia de nuestro país y con razón. Los negros ven la violación reiterada de sus derechos sin una respuesta urgente y adecuada de las instituciones”, agregó Bush.

Días atrás, Philonise Floyd, hermano de la víctima, dijo a la cadena MSNBC que en una llamada de Trump el gobernante “ni siquiera le dio la oportunidad de hablar” y decirle que lo que pide la familia es justicia.

OBAMA VE LAS PROTESTAS JUSTIFICADAS

Al contrario de la postura del presidente, que ha calificado de matones, asesinos, rufianes, terroristas, incendiarios o anarquistas a los manifestantes, al expresidente Barack Obama opinó que le parece que estas protestas demuestran una nueva mentalidad y deben continuar para garantizas que se producen cambios.

“Aunque algunas protestas se han visto empañadas por las acciones de una minoría que se abocó a la violencia, la mayoría de los estadounidenses sigue pensando que las protestas están justificadas”, dijo Obama, que durante su Administración tuvo que afrontar también varios casos protestas por la brutalidad policial.

Pero para expertos como Heaney, “la polarización del sistema político es el mayor problema que enfrenta el país hoy”, al socavar la capacidad de las instituciones para abordar los problemas sociales y amenazas como la discriminación racial, la inmigración, el acceso a la atención médica o las emisiones de carbono.

Y en cuanto a la brutalidad policial contra los negros, según él, la solución requiere capacitar a la policía sobre el uso de la fuerza para detener y contener a los sospechosos, sobre el prejuicio racial y las formas de manejarlo, y reformar la justicia penal para reducir la dureza con que trata a los delincuentes no violentos.

“La reacción del presidente Trump a esta crisis ha sido exactamente lo contrario de lo que cualquier presidente, o cualquier buen líder, debería haber hecho. Su comportamiento es una amenaza directa a la viabilidad de la democracia en los Estados Unidos y en todo el mundo”, afirmó Heaney.