URGE SUSTITUIR LA RECOMENDACIÓN "MANTENER EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL" POR "MANTENER EL DISTANCIAMIENTO FÍSICO"

Invito muy respetuosamente a mis colegas que trabajan la comunicación de riego en salud y la comunicación en situación de crisis en sentido general a reflexionar la urgente necesidad de corregir el que a nuestro modesto entender constituye un error que se viene cometiendo, como inducidos por el automatismo y la repetición irracional.

Mantener el "distanciamiento social" y "lavarse bien y frecuentemente las manos con agua y jabón" son los primeros items de indicaciones recomendaciones oficiales a la población general más profusamente difundidas como forma de prevenir el contagio por la circulación comunitaria del coronavitus o COVID19.

En nuestra manera de ver, la recomendación de mantener el "distanciamiento social" induce a que se verifique en la poblaciòn el fenómeno que la sicologìa de la comunicación denomina "disonancia cognitiva", es decir, la famosa teoría de la "disonancia cognoscitiva" de la sicología clásica abordada por León Festinger.

Mediante la "disonancia cognitiva" Festinger explicó la conducta humana por la cual pese a tener el conocimiento de causas, beneficio o perjuicio de su eventual acción, las personas tienden a hacer lo contrario. Es decir, sin importarles saber los beneficios de seguir una práctica (como lo bueno que resulta para la salud consumir los alimentos con bajo contenido de grasa, sal y azúcar) no la siguen.

Mientras, por el contrario, pese a saber los perjuicios o pérdidas que representaría seguir otras prácticas, las practican (como por ejemplo lo perjudicial que resulta tabaquismo o fumar; y el consumo excesivo de alcohol, etc.). Sendas conductas están más vinculadas al "placer" o gusto que al real beneficio de las personas.

De ese razonamiento se desprende que en la estrategia de comunicación desplegada hasta el momento se estaría cometiendo un error de bulto, generado por la aplicación de una matriz de pensamiento confusión conceptual que inequívocamente ha conducido a construir una errática propuesta o item, mantener el "distanciamiento social" respecto a la popuesta o item correcto, que sería el de mantener el "aislamiento físico" o "distanciamiento social".

Es muy posible, entonces, que ese uso explique el origen de la baja respuesta o rechazo a la indicación por una parte minoritaria de la población cuya conducta "desadaptada", sin embargo, puede provocar la propagación masiva del virus.

NO ES LO MISMO PROMOCIÓN QUE PREVENCIÓN

Cuando se habla de "aislamiento social" o "distanciamiento social" se habla de una ruptura extrema, absoluta del relacionamiento directo entre la persona y su entorno. Se trata de una acción válida y racional ante la necesidad o el imperativo de aplicar tratamiento o respuesta clínica a personas que portan virus o bacterias de alto poder de infección, patogenicidad y letalidad.

Es la razón por la cual los hospitales tienen áreas de "aislamiento" de los pacientes como opción eficaz de evitar que éstos empeoren su estado e impedir que contaminen a personas sanas. O sea, al hablar de "aislamiento social" estamos refiriéndonos a un corte drástico, "profiláctico", si se quiere. Se trata, pues del típico ejercicio de la medicina clínica, de la prevención y en respuesta al evento del contagio.

Es precido saber, sin embargo, que la propuesta de "aislamiento social" o "mantener distancia social" propuesta a personas sanas, la primera reacción de éstas suele ser la incertidumbre y el rechazo, toda vez que su aceptación implicaría sacrificar una de las primeras necesidaded ostensibles del ser humano: el relacionamiento social directo, sobre todo con la familia y los amigos.

De su lado, al hablar de establecer "distanciamiento físico", como se reputa que estaríamos refirièndonos a una población integrada por individuos aun sanos no conllevaría ruptura drástica ni distanciamiento social sino que se refiere a un nivel de participación social de las personas en el cuidado de la propia salud. Es decir, comunicacionalmente el tema se estaría abordando desde una perspectiva de promoción y mantenimiento del buen estado de salud; no como respuesta propiamente dicha a la enfermedad.

El "distanciamiento físico" consiste sólo mantener un espacio de separación física, una distancia que reduce el riesgo de contraer el virus que portar otra persona aparentemente sana o un enfermo no tratado o que por una conducta irresponsable ésta se mantiene circulando de manera normal, sin valorar el posible contagio a otras personas que se le acercan.

Así las cosas, el "distanciamiento físico" no implica "distanciamiento social" ni renuncia a la interacción social, toda vez que las personas pueden mantener la comunicación directa desde la distancia indicada por la autoridad sanitaria para reducir riesgos de contagio al eliminar la potencia del virus para desplazarse y conservarse.

 

Por otra parte, de más está decir que aunque la población asuma la indicación del "distanciamiento físico" ella sigue teniendo el acceso al uso de las herramientas de relacionamiento social, como son las aplicaciones tecnológicas de información y comunicación, así como las propias redes siciales para interactuar y participar con los demás.

Así que la propuesta está servida, para el análisis y posible aplicación de nuestros colegas y también eventualmente de quienes fungen como voceros de las políticas públicas y privadas de salud.