La frecuencia cardíaca en reposo para un adulto sano se considera dentro de límites normales cuando se sitúa entre las 60 y las 100 pulsaciones por minuto.

Un ritmo más lento o más rápido, así como un ritmo irregular, puede indicar la existencia de algún problema en el corazón.

Algunos de estos problemas se pueden corregir con la implantación de un pequeño dispositivo, llamado marcapasos, que genera impulsos eléctricos y provoca la contracción del miocardio.

El impulso nervioso que contrae el corazón

En condiciones fisiológicas normales, el ritmo de los latidos del corazón es marcado por el nodo sinoauricular (SA), un haz de tejido nervioso del propio corazón que es capaz de generar impulsos nerviosos de forma autónoma.

El impulso nervioso generado en el nodo SA provoca la contracción de las aurículas del corazón y hace pasar la sangre hacia los ventrículos.

Desde el SA, el impulso nervioso se transmite al nodo atrioventricular (AV) para contraer los ventrículos. La transmisión desde el SA al AV se produce con un pequeño retraso que permite el vaciado de las aurículas y el llenado de los ventrículos antes de que estos se contraigan.

En algunas personas, este sistema nervioso autónomo del corazón no funciona correctamente y un marcapasos puede solucionar el problema.

 ¿Qué es un marcapasos y cómo funciona?

Un marcapasos es un pequeño dispositivo que cuenta con una batería, un sistema electrónico generador de impulsos controlado por un pequeño computador y unos electrodos que envían y reciben estímulos desde el miocardio.

Los electrodos detectan la actividad eléctrica del corazón, llevan esta información al sistema electrónico del marcapasos y, si es necesario, este generará un impulso que es enviado al corazón para que se contraiga.

Además de la actividad eléctrica y ritmo de los latidos del corazón, los marcapasos más sofisticados son capaces de monitorizar otros parámetros como la temperatura sanguínea o la concentración tisular de CO2 (indicativo de la función respiratoria).

Los marcapasos se implantan generalmente bajo la piel, en la parte anterior del tórax bajo la clavícula y sobre el músculo pectoral mayor. A través de la aorta se llevan los cables y electrodos hasta el corazón.

Toda la información registrada por el marcapasos puede ser consultada desde un dispositivo externo que se conecta al marcapasos sin necesidad de cables, lo que evita punciones para controles rutinarios. Del mismo modo, los marcapasos pueden ser reprogramados con diferentes parámetros sin necesidad de intervención directa.

Marcapasos de doble cámara

Los marcapasos actuales han conseguido ser pequeños, ligeros y con una duración de hasta 10 años o más, lo que permite ofrecer una buena calidad de vida para el paciente sin necesidad de intervenciones frecuentes para su control. Además, los marcapasos suelen comprobar su propio nivel de batería de forma periódica.

Tipos de marcapasos

Atendiendo a su funcionamiento, existen dos tipos principales de marcapasos: los marcapasos a demanda y los marcapasos programables.

Los marcapasos a demanda son capaces de monitorizar la actividad eléctrica del corazón e inhibir la propia señal del marcapasos si la actividad cardíaca es correcta.

Por el contrario, los marcapasos programables o adaptables generan impulsos según las necesidades del organismo y no según la actividad eléctrica del corazón; para hacer esto, los marcapasos programables pueden aumentar o disminuir la frecuencia cardíaca en función del ritmo respiratorio o de la temperatura sanguínea. Estos marcapasos cuentan con antenas que se pueden comunicar con el exterior para recibir instrucciones de programación.

Los marcapasos también se pueden clasificar en función de si son externos o internos. Los marcapasos externos, menos conocidos, son muy utilizados para regular temporalmente situaciones de bradicardia o bloqueos de los nodos cardíacos por algún motivo.

Referencias: Bostom Scientific. How Pacemakers Work.
National Herar, Lung and Blood Institute. How does a pacemaker work?