Un raso de la Policía Nacional ha creado un gran revuelo en el país al publicar un video denunciando los bajos salarios que se pagan en esa institución y otros alegados maltratos de los que son víctimas de parte de esa institución.

Nadie puede negar la gran realidad que entraña la denuncia del raso Daurin Muñoz, que se viralizó en las redes sociales, y por la que ha recibido un gran respaldo.

Sectores nacionales reclaman desde hace mucho tiempo, y con justa razón, una mejoría de los salarios a los miembros de esa institución, para que la sociedad dominicana tenga un mayor derecho para reclamarle el cumplimiento de su sagrado deber.

Y al igual que los policías y miliares, un amplio segmento de la clase trabajadora dominicana tiene un salario que no le permite resolver sus necesidades básicas.

Los datos oficiales son precisos: Un 80 por ciento gana un salario promedio mensual de 10 mil pesos, cuando el monto de la canasta básica ronda los 25 mil, según cifras del Banco Central de la República.

Es por eso que tiene toda la razón el señalamiento del raso, quien de manera desesperada lo hizo saber en un video.

Sin embargo, y a pesar de sus indiscutibles razones, Daurín Muñoz debe estar muy consciente que ha violado los reglamentos internos de la institución a la que pertenece, que les prohíben exteriorizar estos tipos de comentarios. Cuando ingresó a la Policía Nacional debía estar muy consciente de eso.

Si un determinado sector político o personas particulares quieren hacerse los graciosos, de seguro que se colocarán al lado de su denuncia, a lo que tienen todo su derecho, pero hay que colocar cada cosas en su justo lugar para actuar con Justicia.