WASHINGTON.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, defendió ayer que el equilibrio entre privacidad y seguridad en su país es el "correcto", ante las acusaciones de que su Gobierno ha favorecido un estado de "Gran Hermano" a través del acceso secreto a registros de llamadas y datos de Internet. 

Obama se pronunció por primera vez sobre las prácticas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) al tiempo que aumentan los detalles sobre los registros de inteligencia, que según diversos medios afectan a las 3 mayores compañías telefónicas del país, a 9 proveedores de Internet y a varias empresas de tarjetas de crédito.

"No se puede tener un 100 % de seguridad y tener también un 100 % de privacidad, y cero inconveniencias. Vamos a tener que tomar decisiones como sociedad", dijo Obama en una conferencia de prensa en San José (California).

"En términos abstractos, la gente puede quejarse de que esto es el Gran Hermano y de que este es un programa que se nos ha ido de las manos. Pero cuando miras de verdad a los detalles, creo que hemos alcanzado el equilibrio correcto", aseguró. 

El mandatario subrayó que "nadie está escuchando el contenido de las llamadas de la gente" ni "leyendo sus correos electrónicos", y aseguró que las actividades de la NSA cuentan con un "amplio apoyo bipartidista" en el Congreso y son continuamente supervisados. 

Las prácticas comenzaron bajo el Gobierno de George W. Bush a raíz de los atentados del 11-S, y encontraron apoyo legal en una provisión de la ley antiterrorista de 2001 y otras legislaciones de 2007 y 2008 por las que el Congreso amplió los poderes del Ejecutivo bajo la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (Fisa) de 1978. "Cuando llegué al poder, tenía un escepticismo sano acerca de estos programas", confesó Obama.

"Los revisamos por completo y aumentamos la supervisión y los controles. Pero mi evaluación y la de mi equipo es que nos ayudan a prevenir ataques terroristas". El mandatario recordó, no obstante, que en su discurso de finales de mayo en la Universidad Nacional de Defensa abogó por "salir de este estado mental de guerra perpetua" al terrorismo.

Una de las cosas que tenemos que debatir es cómo estamos llegando a este equilibrio entre la necesidad de mantener seguros a los estadounidenses y nuestras preocupaciones sobre la privacidad. Y doy la bienvenida al debate", aseveró el mandatario.

La revelación de las tácticas ha supuesto una oleada de críticas de grupos de libertades civiles y de algunos congresistas que creen que el país "necesita protección contra intrusiones del Gobierno que van demasiado lejos", como dijo hoy el demócrata Henry Waxman.

Consciente de ello, el Gobierno de Obama, que tiene dos casos relacionados con la privacidad abiertos en un tribunal federal de California, ha invocado en ambas instancias un privilegio legal para protegerse, según informó hoy The Guardian. 

La disposición, aprobada por Obama y emitida por el Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, permite a la Administración negarse a que sus acciones y la información de la que dispone sea sometida a supervisión judicial, con el argumento de que hacerlo comprometería la seguridad nacional, de acuerdo con el diario.

Mientras, las nueve compañías de Internet que, según indicaron el jueves el rotativo británico y el Washington Post, han estado sometidas también a la vigilancia de la NSA bajo un programa denominado PRISM, continuaron hoy negando ese extremo. 

"No habíamos oído de un programa llamado PRISM hasta ayer", escribió el cofundador de Google, Larry Page, en el blog oficial del gigante de Internet. "Los informes que sugieren que Google está dando acceso sin límites a datos de nuestros usuarios son falsos".

Apple se pronunció en términos similares, mientras que Facebook aseguró que aporta información al Gobierno "sólo en la medida que la ley nos lo exija". Obama, por su parte, precisó que el programa PRISM no afecta "a nadie que resida en Estados Unidos", sino que se aplica sólo a comunicaciones en el extranjero. 

Además, el Wall Street Journal informó hoy de que la NSA no sólo tiene acceso a los registros de llamadas de Verizon, como informó inicialmente The Guardian, sino también a los de las otras dos mayores compañías telefónicas del país, AT&T y Sprint. El diario neoyorquino aseguró también que la inteligencia estadounidense ha establecido "relaciones similares" con compañías de tarjetas de crédito, aunque no las identificó.