Cada vez hay más personas que se apuntan a la saludable moda del running, y como cualquier ejercicio con carga principalmente aeróbica tiene unos beneficios para la salud importantes (activa el sistema cardiovascular, quema un buen número de calorías, ayuda a mantener a raya el colesterol, la diabetes o la hipertensión arterial.

Pero también es un deporte que puede perjudicar a quien lo practica porque, por ejemplo, es dañino para las articulaciones, tanto de la rodilla como del tobillo.

Así, si queremos evitar posibles lesiones, en primer lugar hay que aprender a correr (parece mentira que no sepamos cuando ya éramos capaces de hacerlo con alrededor de 20 meses de edad) y, en segundo lugar, debemos averiguar cómo pisamos, con el fin de mejorar dicha pisada y escoger un calzado adecuado.

Con los nuevos avances tecnológicos podemos mejorar la forma de andar y correr, a fin de prevenir trastornos y dolores que pueden aparecer no sólo con la práctica de deporte, sino también al desempeñar actividades cotidianas

Al caminar o al permanecer de pie. El estudio de la pisada sirve para determinar cuál es nuestro tipo de pisada (pronador, supinador o neutro), y si es necesario emplear unas plantillas personalizadas para corregir algún defecto en los pies.

Qué es el estudio de la pisada

Son muchos los estudios de pisada que hay en el mercado y, por lo tanto, hay que valorar bien las necesidades de cada uno antes de someterse a uno de ellos y, en muchos casos, pagarlo.

El estudio de la pisada más sencillo disponible es el que se ofrece en algunas tiendas de ropa. Hay que tener en cuenta que estas pruebas las hacen los mismos vendedores, quienes aconsejarán la compra de un modelo de zapatillas deportivas u otro, según los resultados de dicha prueba.

Aunque se supone que habrán recibido formación para llevar a cabo la prueba, no forman parte del personal especializado ni sanitario, por lo que no se trata de un estudio adecuado para aquellas personas que puedan tener problemas médicos asociados, que puedan agravarse al caminar o correr, o para aquellas personas que se quieran dedicar a correr de una manera profesional o semi-profesional.

Mucho más especializado es el estudio biomecánico de la pisada, que consiste en analizar el pie tanto en posición estática (simplemente estando parados de pie) como en movimiento (andando y en carrera), y analizar cómo este movimiento afecta a otras parte del cuerpo (rodilla, cadera y espalda).

Por lo tanto, este estudio está encaminado a evitar o reducir ciertos problemas médicos, como pueden ser esguinces, tendinitis, sobrecargas musculares, basculaciones pélvicas, etcétera.

El estudio biomecánico cuenta con diferentes fases que completarán el análisis global de la pisada. En primer lugar, el especialista hace una exploración articular y muscular con el paciente tumbado en la camilla, con el objetivo de ver cómo es el estado físico del paciente de una manera rápida. Después se emplea una plataforma de presiones en la que se realizará un doble trabajo:

Análisis estático de la postura y de la huella del pie.

El paciente permanecerá de pie durante unos segundos encima de una plataforma que está conectada a un ordenador.

Dicha plataforma hará un escaneado y lectura del pie y mandará la imagen a una pantalla de ordenador donde podrá ser estudiada por el especialista.

Así se conocerá también el reparto del peso del cuerpo en cada uno de los pies cuando se está en esa postura.

Análisis dinámico de la postura y de la huella del pie. El paciente deberá caminar –y, probablemente, correr– encima de la plataforma de presiones, como si estuviera utilizando una especie de cinta de correr en el gimnasio. Toda la información será registrada de nuevo por el ordenador.

Una última parte que suelen incluir los estudios biomecánicos (aunque no todos) es el análisis cinemático del movimiento gracias a una serie de marcadores que se colocan en los pies y piernas, y que ofrecen un estudio tridimensional de la pisada.

Con toda esta información, el especialista emitirá un informe en el que valorará si es necesaria alguna corrección para evitar problemas de salud. Estas recomendaciones pueden ir desde la asistencia a rehabilitación, a unas sencillas plantillas que serán elaboradas en talleres de ortopedia basándose en los resultados del estudio biomecánico.