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En la primera entrega de una serie de tres artículos relativo a la situación de dificultades o crisis en que se encuentra en el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y el Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP), es decir, el gremio de los profesionales del periodismo, expusimos a nuestro modo de ver, las fortalezas y debilidades de la ley 10,91 de colegiación periodística dominicana que creó ambas instituciones, promulgada el 7 de mayo de 1991,hace 27 años, derogando la anterior ley de colegiación, la 148 de que había sido declarada inconstitucional, creándole serios problemas al gremio. 

En esta segunda entrega abordamos las dificultades internas y externas que afectan la vida de dichas instituciones, así como también. Nuestro interés es contribuir que tanto el CDP como el IPPP puedan superar las dificultades que padecen; en otras palabras, que puedan reinventarse, y resurgir con más fuerza para bien  del sector profesional y de la sociedad.

Veamos cuáles son las debilidades o dificultades del CDP-IPPP en estos momentos:

De acuerdo a datos dado a conocer por el director del periódico El Nuevo Diario y presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios (SDD), licenciado Persio Maldonado en su participación como invitado en el “Foro sobre emprendimiento e innovación en medios digitales”, auspiciado por la universidad INTEC, realizado en febrero del presente año, “en la última década los periódicos impresos a nivel mundial han perdido el 50% de su circulación y cerca del 70% de sus ingresos por concepto de publicidad”.

Atribuyó la nueva realidad que vive la prensa “a un significativo cambio que se ha producido en la naturaleza del negocio, como consecuencia del surgimiento y expansión de la tecnología, la cual, dijo, implica un desafío para los medios convencionales y su desarrollo”.

Entiende que la tecnología abre extraordinarias posibilidades a la comunicación y a los medios convencionales, si no se resisten a ella.

Así mismo ponderó que “a pesar de la realidad tecnológica, pese afectar dos aspectos de los diarios, también le ha creado nuevas vías para llegar millones de nuevos lectores, los que de otro modo no tendrían acceso a estos medios.

De acuerdo a Maldonado esto tiene “un efecto multiplicador en la comunicación a través de la web y las redes sociales que han surgido gracias a la internet”. (Ver crónica de El Nuevo Diario, jueves 15 de febrero, 2018).

También, el CDP-IPPP han sido sensiblemente afectados en los ámbitos económicos y profesional, por el cambio que se registra en los medios de comunicación del país y del mundo, especialmente, en la prensa (periódicos y revistas impresas), debido a la fuerte presencia del internet, (periodismo digital, electrónico o cibernético y las grandes influencias de las redes sociales), tal como lo explica Maldonado.

Obligando a la prensa a reinventarse, hacer ajustes para sobrevivir; como efectivamente lo vienen haciendo con las versiones online de sus periódicos impresos, utilizando todas las herramientas electrónicas disponibles para hacer más atractivos sus medios.

El gremio también está obligado hacer cambios; no puede quedarse atrás, no puede ni debe resistirse a realizar los ajustes pertinentes en su marco jurídico y en su accionar, para poder ser competente y representar dignamente a los profesionales del periodismo y a la comunicación social dominicana.

Es decir, un gremio profesional a tono con los nuevos tiempos, actualizado, no convencional. Para ello, se requiere un amplio y serio debate a lo interno del CDP. Un debate que deberá estar alejado de sectarismos y de estridencias, con la más amplia participación de la membresía a nivel nacional, de los dueños de los medios de comunicación y con la participación también, de otros actores de la sociedad que estarían muy dispuestos a contribuir al éxito institucional.

El modelo que ha servido durante 27 años para operar y /o desarrollar al CDP-IPPP, se agotó. Ya no es posible visualizar y aferrarse a un Colegio profesional convencional como el que tenemos ahora.

El Mundo cambió con las nuevas tecnologías de la comunicación (internet) y con ellos, también, cambiaron asuntos importantes de la profesión y de la organización periodística, como en su operatividad

Una vez promulgada la ley 10,91, los medios comenzaron a pagar el 0.5% al CDP, ingresando buen dinero, a pesar de la duda de si pagaban realmente el medio por ciento de la publicidad divulgada y pagada mensualmente en los medios de comunicación, como lo contempla la referida ley.

Hoy día, los ingresos que llegan al CDP-IPPP por ese concepto son muy poco, han bajado considerablemente, tanto así, que ya no alcanzan para cubrir los gastos habituales, (pago del seguro médico, de vida, funerarios, las pensiones solidarias a los periodistas enfermos y desempleados, cubrir los programas de actualización profesional y recreativos, más los gastos administrativos, imprescindibles para el normal funcionamiento de ambas instituciones.

Todo eso, entre otras cosas, producto de la baja en publicidad que ha sufrido  la prensa escrita, de donde provenían los mayores ingresos. Ante esa dura realidad, la dirigencia gremial ha venido supliendo parte de las necesidades del gremio gestionando recursos, donaciones y ayudas a través de la solidaridad de instituciones públicas y privadas o por actividades de autogestión financiera. Pero hasta eso se le hace difícil a la actual directiva del CDP.

Obligatoriamente el CDP-IPPP tienen que identificar con urgencia, nuevas fuentes de ingresos que le permitan desarrollar su vida de manera autosuficiente, sin las limitaciones económicas conocidas. A eso debemos aspirar. Continuamos en la próxima entrega.