Los cigarrillos electrónicos, también llamados vapeadores, e-cigarrillos o sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN), son dispositivos usualmente empleados por los fumadores para dejar de fumar.

Con este cigarrillo, que tiene poca carga de nicotina, pueden disminuir los síntomas de abstinencia al tabaco mientras tienen la sensación de seguir fumando.

Originalmente, se creía que eran menos nocivos para la salud porque no contienen la misma cantidad de nicotina ni compuestos volátiles de los cigarrillos, pero algunos estudios demuestran que el uso de vapeadores constituye un peligro para la salud por su posible asociación con diversas enfermedades, entre ellas, el cáncer de pulmón, vejiga y patologías cardiovasculares.

¿Cómo funcionan los cigarrillos electrónicos?  

Los vapeadores son aparatos que simulan un cigarrillo encendido, ya que se activan con una batería que genera calor, provocando que un líquido (que contiene nicotina, propilenglicol, en algunos casos glicerol y aromatizantes) se vaporice de manera similar al humo que emanan los cigarrillos convencionales. Tienen forma de cigarrillo, pero también puede tener forma de bolígrafos y otras figuras llamativas. Es por esto, que los fumadores lo encuentran como un sustituto atractivo del cigarrillo común.

En vista de que el cigarrillo electrónico ha constituido una opción para algunos fumadores, algunas empresas han hecho presentaciones más llamativas incorporándole luces, sabores y olores e inclusive, han disminuido o quitado la nicotina del líquido que contienen. A pesar de estas actualizaciones, se ha demostrado que la persistencia de algunos metales y sustancias tóxicas que se emanan al calentar el aparato se han asociado a mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. 

Efectos dañinos para la salud

Debido a que estos dispositivos se comenzaron a usar a partir de la década de los 2000, las investigaciones actualmente disponibles son escasas y aún no existen estudios a largo plazo estadísticamente significativos que midan el impacto del cigarrillo electrónico como factor de riesgo en la aparición de enfermedades crónicas.

En la actualidad, existen estudios asociados a las sustancias que contienen los cigarrillos electrónicos, como la nicotina, asociada a intoxicación directa, enfermedades oncológicas y patologías cardiovasculares, así como daños neurológicos de fetos de madres que los consumen.

Peligro del uso de la nicotina

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta a los usuarios de los sistemas electrónicos de administración de nicotina, sobre las posibles consecuencias de su uso. Si bien los cigarrillos electrónicos contienen menos nicotina, su distribución en la sangre varía dependiendo de varios factores como: la concentración de nicotina en el dispositivo, la frecuencia de su uso, el tamaño del dispositivo y el número de inhalaciones del usuario.

Además de crear dependencia (o adicción), tiene capacidad de alterar las funciones celulares normales promoviendo su conversión hacia células tumorales y patología cardiovasculares como arritmias, estrechamiento de las coronarias y crecimiento del corazón. Del mismo modo, la OMS no promueve su uso en mujeres en edad fértil, por el riesgo de que la nicotina produzca daños neurológicos y cardiovasculares sobre el feto.

Peligro de la nicotina del cigarrillo electrónico sobre la nicotina del cigarrillo convencional

El principal riesgo del cigarrillo electrónico deriva de su mal uso cuando sucede una ruptura o derrame de su contenido y exista ingestión o contacto directo con la piel, lo que conlleva a una intoxicación o sobredosis con nicotina, lo que no sucede con los cigarrillos convencionales.

 Cuando la nicotina es ingerida o existe contacto directo con la piel y mucosas puede alcanzar niveles sanguíneos elevados en breves minutos provocando síntomas severos. La intoxicación por nicotina se manifiesta con náuseas, vómitos, dolor abdominal asociado a manifestaciones neurológicas como agitación psicomotriz, confusión, alteraciones en la audición y la visión, temblor y en altas dosis produce insuficiencia respiratoria, taquicardia, hipotensión e inclusive puede conllevar la muerte. Por todo esto, los cigarrillos electrónicos no deben estar al alcance de los niños.

Riesgos de inhalación de sustancias tóxicas en aerosol

La OMS realizó una advertencia sobre el uso de los cigarrillos electrónicos no sólo por la nicotina sino por las sustancias tóxicas que entran en combustión al calentarse.

De manera aguda, sustancias como el propilenglicol causan irritación a la mucosa de la boca y ojos y en pacientes asmáticos puede provocar crisis. De manera crónica, se han hecho investigaciones en ratas de laboratorio y con células humanas que se han expuesto por períodos de tiempo prolongados a sustancias tóxicas contenidas en los e-cigarrillos, demostrando su capacidad carcinogénica (de originar cáncer), sobretodo en órganos como pulmón y vejiga. Actualmente no existen estudios que midan el e-cigarrillo como factor de riesgo para desarrollar Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.

En cuanto al contacto de estas sustancias con los “fumadores pasivos”, es decir las personas del entorno del usuario del cigarrillo electrónico, no está claro el impacto directo para su salud, pero existen estudios ambientales que señalan que la exposición a cualquier tipo de humo promueve enfermedades pulmonares.