Un pequeño satélite experimental tomó la primera imagen global de pequeñas partículas congeladas dentro de nubes de hielo, informó ayer martes la agencia espacial de Estados Unidos, la NASA.

IceCube, un satélite desplegado en mayo de 2017 de la Estación Espacial Internacional, está probando la capacidad de instrumentos para realizar mediciones espaciales de pequeños cristales congelados que crean enormes lluvias de tormenta.

"Las intensas lluvias se originan de nubes de hielo", dijo Dong L. Wu, investigador principal de IceCube en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.

Las nubes de hielo inician como diminutas partículas en la atmósfera. Los cristales de hielo absorben condensación, crecen y se vuelven más pesados, lo que hace que bajen a menor altitud. Al final, las partículas se vuelven tan pesadas que caen y se derriten para formar gotas de lluvia. Los cristales de hielo pueden quedarse flotando en el aire.

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Al igual que otras nubes, las nubes de hielo afectan el presupuesto energético de la Tierra al reflejar o absorber la energía del Sol y al afectar las emisiones de calor de la Tierra al espacio. Por ende, las nubes de hielo son variables clave en los modelos meteorológicos.

Medir el hielo atmosférico a escala global sigue siendo muy incierto dado que los satélites no pueden detectar la cantidad de pequeñas partículas de hielo dentro de las nubes porque estas partículas son bastante opacas para los sensores infrarrojos y visibles.

Para superar la limitación, el IceCube fue equipado con un radiómetro submilimétrico que llena el vacío entre las longitudes de onda infrarrojas y de microondas.

En un principio para una misión de demostración tecnológica de 30 días, el IceCube se ha mantenido en plena operación en la órbita baja terrestre cerca de un año después midiendo las nubes de hielo y ofreciendo datos "bastante buenos para hacer algo de verdadera ciencia", dijo Wu.