Una buena cantidad de personas en el mundo está ahora celebrando la Semana Santa. 

Se han ido de viaje a lugares distantes a visitar a familiares, amigos o a disfrutar de las montañas, ríos, playas y otros lugares de esparcimientos.

Otros en cambio, han preferido quedarse en la casa para visitar la Iglesia o disfrutar en familia de la tranquilidad de la ciudad, donde el bullicio en esta época del año, se reduce a su mínima expresión.

En cualquiera de los casos, la decisión es correcta y no tiene nada de malo. 

Cada quien disfruta en lo que mejor entienda que le guste pasar su tiempo. Está en su pleno derecho y libertad

Sin embargo, es necesario recordarle, por su propio bien, que cualquiera que haya sido su decisión, deben disfrutar en paz, tranquilidad y armonía, pensando siempre que estas no serán las últimas Semana Santa de sus vidas.

Lo sensato es que piensen en preservar sus vidas y las de quienes les acompañan donde quiera que se encuentren, y que, al finalizar la Semana Santa con el Domingo de Resurrección puedan regresar sanos y salvos a sus hogres, a fin de reincorporarse a sus labores productivas, educativas o de cualquier otra índole sin ningún inconveniente.

Que disfruten y tengan un regreso feliz en Semana Santa